Opinión
Ver día anteriorJueves 23 de junio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Rehenes políticos magisteriales
C

on torpes y absurdas declaraciones de funcionarios del gobierno federal se ha intentado presentar la captura y encarcelamiento de los dirigentes magisteriales de Oaxaca como un hecho desvinculado del paro y la movilización magisterial. El secretario de Gobernación ha asegurado que su detención no es política y quienes han pretendido mezclar el tema magisterial con los asuntos de orden judicial y los delitos por los que son acusados, están totalmente equivocados. En tanto, el discurseador de todos los días, Aurelio Nuño, afirmó que la aprehensión de los dirigentes de la sección 22 de la CNTE “es una muestra más de que el paro de labores de los docentes tiene el objetivo de defender los privilegios de sus líderes ( La Jornada, 14 de junio).

Según estas versiones, no existe trasfondo político alguno y su detención debemos entenderla como una mera coincidencia con el despliegue de la lucha magisterial, y reducirla a un proceso judicial ordinario contra los dos profesores detenidos, soslayando que son dirigentes de la CNTE y del magisterio en resistencia y que su detención, se dice, sólo obedece a la indagatoria sobre delitos que se les acusa, relacionados con el manejo ilegal de recursos sindicales y los privilegios que detentan y usufructúan.

Por su parte, la Procuraduría General de la República intempestivamente anunció que tiene resguardadas otras 24 órdenes de aprehensión contra más dirigentes del magisterio de Oaxaca, que también busca para encarcelarlos. En realidad, las órdenes de captura contra los líderes oaxaqueños fueron dictadas desde hace casi un año, cuando el Ejército y la Policía Federal tomaron por asalto las instalaciones del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca y la PGR interpuso denuncias penales contra más de una treintena de profesores, acusados de haber perpetrado daños materiales durante las marchas del magisterio en esa entidad sureña. Pero en el contexto de la protesta de los docentes, estas órdenes de captura se han vuelto prioridad para la PGR y se han actualizado con la inserción de nuevos delitos para justificar la detención de los profesores Rubén Núñez y Francisco Villalobos, acusados de lavado de dinero y robo agravado, respectivamente. Las burdas explicaciones y justificaciones de Osorio Chong y Nuño resultan tan creíbles como las verdades históricas que suelen fabricar el gobierno de Peña Nieto y sus cortesanos.

Con la captura y encarcelamiento de Núñez y Villalobos, el gobierno los ha convertido en rehenes políticos del Estado, bajo el cálculo de golpear la moral de la lucha de los docentes, generar temor y descabezar la revuelta magisterial, para intentar utilizarlos como piezas de negociación para concederles su libertad a cambio del repliegue total de la movilización.

Sin embargo, estos supuestos gubernamentales están destinados al fracaso, y pese a la rabia e indignación por sus dos compañeros forzadamente ausentes, los profesores no depondrán su lucha. Sus adversarios olvidan que en la calle, el plantón y la manifestación, codo a codo, las maestras y los maestros son mucho, pero mucho más que dos, y con la fuerza y persistencia del movimiento, sus compañeros tendrán que ser liberados, sin otorgar concesión alguna contraria a su lucha.

El recrudecimiento de la represión al magisterio en todo el país ha devenido en un catalizador social de respaldo a los profesores en lucha y miles de habitantes de poblaciones y comunidades se han sumado y acompañado las marchas y plantones magisteriales y alzado su voz con fuerza para demandar que termine la persecución hacia sus profesores y el gobierno escuche y atienda sus demandas. Por ello, el movimiento magisterial no ha decrecido y, en sentido opuesto a las expectativas de sus adversarios de siempre, se ha acrecentado con el respaldo popular y constituido en la movilización social de mayores dimensiones de estos tiempos, sólo comparable con las dolorosas y trágicas jornadas por la vida de nuestros jóvenes hermanos de Ayotzinapa. El escenario educativo de la reforma ya lo representan desde ahora y para el futuro: Iguala-Ayotzinapa y la represión al magisterio.

Sin embargo, no es posible abordar el debate educativo en tiempos actuales sin omitir las caricaturas discursivas del secretario de Educación, Aurelio Nuño, quien, sorprendido y medio enojado, afirmó que le resultaba inexplicable que López Obrador ande defendiendo a los líderes presos de la CNTE y debía dar una explicación sobre sus motivos y relaciones con la coordinadora. Pero me temo que el funcionario tendría que ampliar e incluir en su lista de inexplicables, y también exigir cuentas, a cientos de intelectuales, escritores, académicos, artistas, periodistas, personalidades sociales y políticas, defensores de derechos humanos y sacerdotes de México, Latinoamérica y diversas latitudes del mundo, que han rechazado la represión a los maestros y planteado su respaldo al diálogo propuesto por los docentes. Pero, además, existen muchos otros inexplicables. Un vasto contingente de organizaciones educativas, sociales, sindicales y populares mexicanas y del extranjero, y el EZLN.

PD. Este artículo se redactaba cuando se informó la detención del profesor Juanjo Ortega, ex secretario de la sección XVIII de la CNTE de Michoacán. Ahora ya serán mucho más que tres. ¿Hasta dónde quieren llegar los represores de los maestros? ¿Más presos y muerte? ¿Habrán pensado en las consecuencias?