Aunque la situación económica por la que pasa particularmente Río de Janeiro, sede de los Juegos Olímpicos, es muy grave, el presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM), Carlos Padilla, estimó que los trabajos para la fiesta deportiva están casi terminados y con un recurso extraordinario que se apruebe se sacarán adelante.

El viernes pasado, el gobierno de Río decretó estado de calamidad, una medida económica severa ante la falta de liquidez para asumir todos los compromisos gubernamentales, aunque de inmediato el gobierno del país, a cargo de Michel Temer, respondió que la celebración de la justa olímpica estaría a salvo con la inyección de recursos extraordinarios, como lo reportó La Jornada.

Entiendo que esta situación facilitará a la ciudad de Río de Janeiro tener mayor flexibilidad en la aplicación de recursos con un decreto o una aprobación de la Cámara de Diputados para disponer de forma directa y resolver las situaciones de orden urgente y no incurra en irresponsabilidades, aunque esta es una versión extraoficial, por lo que tendrá que esperarse a lo que determinen las autoridades gubernamentales.

En todo caso, Padilla Becerra comentó que eventualmente se podrían ver afectados algunos servicios urbanos por la falta de dinero, como la ampliación de calles y otras facilidades que estaban programadas, pero que ahora sería necesario resolver esa situación con mucho ingenio para lograr una bien organizada justa deportiva.

A la espera de las versiones que emitan el Comité Olímpico Internacional y el comité organizador brasileño, el directivo mexicano tiene la certeza de que se aplicarán las medidas de urgencia que amerita la situación y, en todo caso, podría haber algunas adecuaciones de último momento porque ya no puede haber marcha atrás.

De hecho, ya están llegando algunas delegaciones, no completas, para hacer campamento de preparación y otras al parque olímpico, por lo que descartó cualquier eventualidad de que hubiera una modificación en el calendario de la justa, porque, insistió, prácticamente están termina- das todas las instalaciones deportivas –acaso el velódromo falta acondicionarlo– y el Metro que aún no se finaliza como está originalmente proyectado.