Martes 21 de junio de 2016, p. 3
Ashalim. Israel. En medio del desierto de Néguev, construyen la torre solar más grande del mundo, proyecto colosal a la altura de la confianza depositada por Israel en las energías renovables. Entrará en funcionamiento a finales de 2017. La torre Ashalim medirá 240 metros. Al pie de ella se extenderá un campo de 300 hectáreas –el equivalente a más de 400 estadios de futbol– de espejos que reflectarán los rayos solares hacia lo alto de la torre, una zona llamada la caldera
que de lejos parece una bombilla gigantesca, cuya temperatura alcanzará los 600 grados Celsius. Generará vapor que se canalizará hacia el pie de la torre, donde se producirá la electricidad. Se prevé que suministre 2 por ciento de la electricidad del país (121 megavatios), el equivalente del consumo de una ciudad de 110 mil viviendas. Las obras, cuyo costo se estima en 563 millones de dólares, las financia el grupo estadunidense General Electric, que compró la división energética del francés Alstom, así como el fondo de inversiones privado israelí Noy.