Aunque hasta el momento el debilitamiento de la moneda no ha tenido un efecto importante en el indicador general de precios al consumidor, ya se perciben señales de que el alza del dólar empieza a impactar la inflación, pues durante mayo los precios al productor reportaron una tasa de crecimiento anual de 5 por ciento, la más alta en los pasados 47 meses, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) con base en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De acuerdo con un análisis del organismo empresarial, el alza de los precios al productor durante mayo fue casi del doble de lo que se incrementaron los costos al consumidor, los cuales tuvieron un aumento anual de 2.6 por ciento.

Los datos del Inegi muestran que entre los rubros más afectados en materia de precios al productor resaltan los relacionados con la fabricación de computadoras y equipo periférico, cuyos precios se incrementaron a una tasa anual de 28 por ciento, mientras el de creación de equipo de comunicación aumentó 18 por ciento y el de partes para vehículos automotrices 12.3.

En cuanto a los precios al consumidor, también se observan rubros que muestran un comportamiento al alza en meses recientes, como los de ventiladores, que tuvieron un incremento anual de 9 por ciento, aparatos de telefonía fija 7 por ciento y otros.

El Ceesp advirtió que si bien el debilitamiento del peso frente al dólar ha impactado de manera limitada hasta el momento, en buena medida gracias a que existen condiciones de holgura en la economía, las empresas que requieren insumos del exterior pueden no tener la capacidad para seguir absorbiendo los costos que implica un tipo de cambio como el que se observa actualmente, por lo que en algún momento podrían comenzar a reflejarse en los precios finales.

Asimismo, adelantó que aun cuando las expectativas de inflación para el cierre del año se han ido corrigiendo a la baja, éstas anticipan un incremento anual de 3.1 por ciento en los precios al consumidor, estimación que, dada la coyuntura cambiaria, podría comenzar a modificarse unas décimas por arriba de ese nivel.

En su Análisis económico ejecutivo, el organismo, dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), explicó que proteger el poder adquisitivo del salario es uno de los principales objetivos de cualquier gobierno, por lo cual es fundamental adoptar las medidas necesarias para evitar que la moneda se debilite significativamente.

Agregó que si bien los pronósticos de inflación se mantienen dentro del rango establecido por el Banco de México (alrededor de 3 por ciento), también es cierto que están por encima del nivel inflacionario actual, lo que podría llevar a una moderación en la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo.

Según estimaciones del Ceesp, en los pasados 17 meses (de diciembre de 2014 a mayo de 2016) el salario real se ha recuperado 8.8 por ciento, índice no visto desde hace décadas.