Londres.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló ayer que se necesitan casi 122 millones de dólares para evitar y enfrentar las complicaciones médicas del virus del zika, que se está propagando en América y causando defectos de nacimiento en bebés.

Es necesario un enfoque específico para apoyar a las mujeres y niñas en edad fértil, indicó el organismo de salud de la Organización de Naciones Unidas al presentar una estrategia conjunta con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre cómo hacer frente al virus transmitido por mosquitos.

Microcefalia, la preocupación

El virus del zika ha generado alarma en toda América desde que se reportaron casos de microcefalia en Brasil, el país más afectado por el brote.

La microcefalia es un raro defecto de nacimiento por el que un bebé nace con la cabeza anormalmente pequeña, y que provoca problemas de desarrollo potencialmente severos. Las autoridades brasileñas ya confirmaron más de mil 400 casos de esta deficiencia en bebés cuyas madres estuvieron expuestas al virus del zika durante el embarazo.

El jueves, funcionarios de salud estadunidenses reportaron que tres bebés nacieron en el país con defectos congénitos vinculados al virus del zika e informaron de tres embarazos que fueron interrumpidos y que también presentaban defectos similares.

La directora general de la OMS, Margaret Chan, aseveró que se ha aprendido mucho sobre la enfermedad, cómo se propaga, sus consecuencias y cómo controlarla, desde que autoridades de salud globales pusieron en marcha planes iniciales de respuesta este año.

La OMS declaró la propagación del virus del zika una emergencia de salud pública global en febrero.

La respuesta requiere ahora una estrategia única e integrada que tenga como núcleo el apoyo a las mujeres y niñas en edad fértil, dijo Chan en un comunicado. El plan destaca varios aspectos del brote del zika que requieren una respuesta conjunta y global, expuso la OMS.

Éstos incluyen el potencial de una nueva propagación de la enfermedad dada la amplia proliferación del mosquito Aedes aegypti, que la transmite; la falta de inmunidad de la población en áreas donde el patógeno circula por primera vez y la escasez de vacunas, tratamientos y pruebas rápidas de diagnóstico.