Los bosques lo esperan
s inocente y permanece en la cárcel. El juez ordenó no procesarlo por falta de pruebas, pero lleva siete meses tras las rejas y puede pasar más tiempo si los acusadores deciden impugnar el amparo. Se trata de Ildefonso Zamora, defensor de los bosques y líder comunitario de San Juan Atzingo, estado de México.
Ecologista tlahuica de 55 años, hombre de campo, Ildefonso ha pasado la mayor parte de su vida defendiendo el Gran Bosque de Agua, una región de 120 mil hectáreas extendidas entre Morelos, el estado y la Ciudad de México. Fue acusado injustamente de robo agravado y estos días son cruciales para lograr su libertad.
La cárcel de Tenancingo ha sido su casa más de medio de año. Ahí ha recibido la solidaridad nacional e internacional y el acompañamiento de Greenpeace México, Amnistía Internacional (AI) y el Centro Prodh. Su encarcelamiento, no hay duda, es parte de la criminalización que viven los defensores del ambiente y del territorio en México.
Lograr el reconocimiento de tierras comunales de San Juan Atzingo y combatir la tala ilegal me ha costado caro, pero no estoy acabado; lo que ya realicé quedó en los libros de la historia, son y serán huellas imborrables. Sigo firme y con dignidad
, aseguró.
En junio de 2007, de manos del entonces presidente, Felipe Calderón, recibió el Premio al Mérito Ecológico. En la ceremonia exigió justicia por su hijo Aldo, asesinado en mayo de ese mismo año por talamontes. Nunca llegó. Enrique Peña Nieto, en ese momento gobernador mexiquense, le prometió esclarecer el homicidio. No cumplió. Ocho años después vino el montaje para meterlo a prisión.
El 20 de noviembre de 2015, relata el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, el ambientalista fue detenido con violencia y sin mediar orden de aprehensión, acusado de un delito que no cometió
. Nunca se le notificó que había una averiguación en su contra y fue recluido pese a las pruebas de que el día del robo del cual fue acusado él estaba en otro lugar.
AI lo reconoce como preso de conciencia, el Poder Judicial afirma que su proceso es inverosímil
y ya sólo falta que el gobierno de Eruviel Ávila Villegas renuncie a impugnar la sentencia federal.
Se han reunido más de 30 mil firmas para apoyar su libertad. El agua que consumen esta ciudad y sus alrededores depende de personas como Ildefonso, que defiendan el Gran Bosque de Agua.