Washington.

Hillary Clinton ganó este martes la última primaria del Partido Demócrata –celebrada en Washington DC– y poco después sostuvo un encuentro privado con el precandidato rebelde Bernie Sanders, quien se mantendrá en la contienda hasta la Convención Nacional, el mes entrante, en la cual la también ex secretaria de Estado será nombrada aspirante demócrata para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.

Medios locales proyectaron a Clinton como triunfadora de lo que fue el último concurso de una campaña en la que Sanders, quien se define como socialista democrático, logró una sorpresiva popularidad; una semana después trascendió que la reina del Partido Demócrata superó el número mágico de 2 mil 383 delegados para asegurarse la candidatura.

Cerradas las votaciones de este martes, Sanders y su esposa Jane visitaron a Clinton en el hotel Capitol Hilton, de Washington, a sólo unas cuadras de la Casa Blanca. También estuvieron en el encuentro Jeff Weaver, director de campaña de Sanders, y John Podesta y Robby Mook, director y presidente de la campaña de Clinton, respectivamente.

Clinton y Sanders no hicieron declaraciones al terminar su reunión, planteada para explorar una alianza que permita derrotar a Donald Trump en las elecciones presidenciales.

Clinton deseaba saber qué necesita para obtener el apoyo de Sanders, y si éste pediría concesiones o promesas políticas, señalaron fuentes cercanas a la aspirante, citadas por el diario The New York Times en su portal.

A su vez, Sanders buscaba saber qué tan comprometida está la virtual candidata presidencial con objetivos progresistas, como aumentar el salario mínimo, facilitar el ingreso a la educación superior y volver el proceso de elección demócrata más abierto en el futuro, indicaron asesores del precandidato citados por el Times bajo la condición del anonimato.

Agregaron que Sanders no tiene prisa para apoyar a Clinton y está tomando los pasos pertinentes para que ella gane su confianza en las cinco semanas y media que faltan para la Convención Nacional. El senador tiene con qué exigir: cosechó 12 millones de sufragios, mil 877 delegados en las primarias y 28 por ciento de sus simpatizantes afirman que no votarán por Clinton. De ahí la importancia de que Sanders brinde su apoyo a la precandidata.

A lo largo del proceso electoral interno Clinton obtuvo 16 millones de votos, lo que se traduce en 2 mil 784 delegados, puntualizó el Times.

Los republicanos de Washington realizaron su caucus en marzo, en el cual resultó ganador el senador Marco Rubio. Trump quedó en tercer sitio. Sin embargo, en los meses que siguieron los precandidatos republicanos, incluido Rubio, fueron saliéndose de la contienda, hasta dejar solo al magnate.

Así, con Washington, llegó a su fin una de las primarias más sorpresivas en décadas con dos virtuales ganadores: la demócrata Clinton y el republicano Donald Trump, ya inmersos en un duro enfrentamiento por la presidencia.

De ahí que para muchos en la campaña de Clinton es urgente que Sanders respalde lo más pronto posible a la ex secretaria de Estado y se logre la unidad ante la peligrosa posibilidad de que Trmp pueda triunfar en las urnas en noviembre, refirió el Times.

Hasta ahora el senador por Vermont, quien ya se comprometió a luchar con Clinton para derrotar a Trump, rehúsa apoyarla. La tarde de este martes aprovechó una conferencia de prensa para anunciar que se mantiene en la batalla y peleará tan fuerte como pueda para transformar al Partido Demócrata”.

Sanders aseguró que su negativa a renunciar a la contienda se debe a que quiere promover un nuevo liderazgo en el Comité Nacional Demócrata, una plataforma progresista en la convención del verano y cambios electorales, como primarias que permitan la participación de candidatos independientes.

Necesitamos grandes cambios dentro del Partido Demócrata, subrayó Sanders afuera de la sede de su campaña, en Washington.

Sanders retomó su llamado a una reforma de las primarias demócratas y a la elaboración de un programa partidista progresista. Aseveró: “Es tiempo de lanzar una transformación fundamental del partido.

En la convención debemos aprobar el programa más progresista que jamás haya avalado el Partido Demócrata, subrayó.

Observadores sostienen que el senador, a quien diversas figuras de la cúpula demócrata agradecen que durante su campaña lograra congregar a cientos de miles de personas, especialmente jóvenes, con su mensaje antisistema, pondrá condiciones para formalmente alinearse con Hillary Clinton.

Sus condiciones podrían incluir la prohibición de la fractura hidráulica (fracking, usada para extraer petróleo) o el aumento del salario mínimo a 15 dólares la hora (Clinton propone 12).

El legislador también llamó a eliminar la figura de los superdelegados, funcionarios electos y figuras prominentes del Partido Demócrata que pueden votar en la convención sin estar obligados a seguir los resultados de las primarias. La mayoría de este selecto grupo, 589, apoya a Clinton, lo que Sanders, quien cuenta con 49 superdelegados, considera antidemocrático.

El presidente Barack Obama anunció su respaldo a Clinton la semana pasada, luego de una reunión con Sanders en la Casa Blanca, y debía realizar un primer mitin conjunto con la candidata este miércoles, pero fue suspendido tras el asesinato de 49 personas en una discoteca en Orlando la madrugada del domingo pasado.

Así las cosas, la ventaja de Clinton sobre Trump se ha reducido desde la semana pasada, según los resultados del primer sondeo Reuters/Ipsos publicados después del tiroteo del domingo en Orlando.

Trump ha culpado a las políticas demócratas del peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos y reiteró su promesa de que prohibirá la inmigración de musulmanes. En tanto, Clinton advirtió que no hay que satanizar a los islamitas estadunidenses.

El sondeo, realizado entre viernes y este martes, mostró que Clinton tiene una ventaja de 11.6 puntos sobre Trump, lo que se compara con la diferencia de 13 unidades que mantenía la demócrata en los cinco días anteriores al sábado.

La baja de Clinton en la encuesta no se tradujo totalmente en una ganancia para Trump. La proporción de habitantes que dijeron que no votarían por ningún candidato aumentó la semana reciente.