l célebre astrofísico británico Stephen Hawking suele no hacer comentarios relacionados con la política y los políticos. Pero el lunes pasado, quien entiende los misterios del Universo se declaró incapaz de comprender la popularidad de Donald Trump. Y definió al virtual candidato republicano como un demagogo que atrae el denominador común bajo. Trump guardó silencio. En cambio, aprovechó el mismo lunes la celebración del Memorial Day en Estados Unidos para responder a grupos feministas que lo acusan de haber convertido el concurso Miss Universo en un negocio en el que, so pretexto de escoger a la mujer más hermosa, en realidad se le denigra.

Trump asegura ser quien dignificó el certamen, con más de 60 años de historia. Y logró la participación de candidatas de todas las razas y creencias. Aclaró que la inmensa mayoría de las ganadoras no eran estadunidenses sino de otros países. Como Venezuela, que obtuvo varios títulos en el negocio que Trump vendió el año pasado. Y, dijo que no se desprendió de él por presión de los anunciantes y grupos vinculados con México, sino para poder dedicar todo su tiempo a la campaña electoral republicana.

Si bien el mencionado certamen está abierto a todas las creencias, en varios países con mayoría musulmana está prohibido participar en él y en cualquier otro de su tipo. El ejemplo más reciente es el de Irak, donde líderes tribales y religiosos obligaron a aplazarlo. Se trata de un negocio manejado, como en México, por la televisión.

Varias concursantes recibieron amenazas de muerte de los grupos extremistas, como el Estado Islámico. A la par, importantes patrocinadores de Miss Irak retiraron su publicidad por la presión de los clérigos y los medios ultra de creencia chií. En defensa del certamen, sus organizadores afirman que desean ayudar a construir la cultura de nuestra sociedad y lanzar al planeta el mensaje de que Irak ama la vida a pesar de las dificultades que atraviesa por culpa del terrorismo. Como en otros países de la región, se buscó mitigar las críticas eliminando del desfile los trajes de baño atrevidos.

En cambio, la versión masculina de Miss Irak tuvo menos suerte. Comenzó en 1999 para promocionar a quienes deseaban convertirse en modelos y dedicarse a la publicidad. Se canceló en 2009 por falta de concursantes. Y eso que Murad Demirci, ganador en 2004, figuró un año después entre los 10 hombres más bellos de Asia.

Cabe señalar que, pese a tantos problemas, cada día más asociaciones de mujeres iraquíes insisten en que los grupos ultras no deben descalificar ni amenazar de muerte a las participantes de un certamen que se celebra desde 1947. En el fondo, afirman, se trata de promover los derechos de las iraquíes y reafirmar el papel social que les corresponde.