Estocolmo.

El rey de Suecia Carlos XVI Gustavo abandonó ayer su habitual reserva para expresar su desaprobación ante un proyecto del Centro Nobel en el corazón de Estocolmo, gigantesco a su parecer.

El proyecto de la Fundación Nobel, diseñado por el británico David Chipperfield, consiste en un edificio dorado de ángulos rectos, en un muelle donde deberá ser demolida una antigua aduana.

El edificio tiene muchos detractores debido a su tamaño y estilo, que contrasta con un uso muy clásico de la piedra en los alrededores. El rey y la reina Silvia contaron al diario Dagens Nyheter que ellos forman parte de los opositores.

Es una lástima que el edificio sea tan grande y haya caído un poco en el sitio equivocado, declaró Carlos XVI Gustavo.

No es necesario que sea tan gigantesco, que tenga esos volúmenes inmensos. Habría que reducirlo y orientarlo en otra dirección, añadió el monarca, quien no ostenta ningún poder.

Tampoco le gusta el color. Será poderoso. Dominante, realmente dominante, según él.

El proyecto, que ya perdió una planta de altura después de una encuesta pública, fue aprobado el pasado 25 de abril por el consejo municipal.

La Fundación Nobel espera poner en marcha las obras en 2017, pero una serie de procesos judiciales abiertos amenazan con retrasarlas.

Los patrocinadores, entre los que se encuentra la familia Wallenberg, una de las más ricas del país, y Persson, que controla la cadena de ropa H&M, financiarán la mayor parte de la construcción.