Florencia.

Migraciones es la exposición que el pintor Liu Xiaodong (Jincheng, 1963) dedica a un tema sensible si se considera que Europa enfrenta su peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.

Liu es uno de los artistas chinos más conocidos de la actualidad; su pintura realista se caracteriza por una aparente objetividad a pesar de las zonas de conflicto que ama retratar, como Palestina, Israel y el Tíbet, entre otras, eliminando el componente conflictual.

Esa muestra es resultado de un proyecto de residencia semestral del artista en Toscana, que concluyó el pasado abril, comisionado por la Fundación Palazzo Strozzi, con la colaboración de la Galería Massimo de Carlo.

Ha creado 11 cuadros y decenas de dibujos, fotografías y documentos que muestran el proceso de elaboración de la obra, abierta al público hasta el 19 de junio en el museo de la Strozzina, de arte contemporáneo.

Liu ha analizado dos tipos de migración. La primera, económica, referente a la mayor comunidad china en Italia, asentada en la periferia oeste florentina y en la cercana Prato.

La segunda, la actual, es política, donde los refugiados medio-orientales y africanos llegan a Europa huyendo de la guerra.

Liu, siguiendo su forma de trabajar in situ, visitó la comunidad china asentada desde hace 30 años, como también alguno de los puntos neurálgicos de la migración de hoy en Bodrum, Turquía, la Isla de Kos, en Grecia y la estación de tren de Viena. El artista observó, habló y convivió con las personas.

Elementos perturbadores

Los lienzos de Liu, a pesar de su aparente objetividad, contienen elementos sutilmente perturbadores. En el caso de lo migrantes sirios se muestran jóvenes varones, en la playa o en la estación de tren.

Las calles de la periferia florentina son habitadas por trabajadores orientales poco agraciados, puestos en primer plano mientras fuman o muerden el pellejo de un dedo. Flotan como presencias a veces anacrónicas (Chinatown 3), otras con mayor apropiación del espacio, absorbiendo la personalidad del lugar (Chinatown 1).

Sin embargo, el mundo de estas personas ocurre intramuros, en las fábricas, donde la vida se consume en todas sus facetas: ahí no sólo se trabaja 20 horas al día como él expresa en el video Migrations (dirigido por Yang Bo, 17 minutos), sino se consume la vida desde alimentar a los hijos, comer, dormir y jugar con colegas y familiares.

“Mi interés –responde Xiaodong a La Jornada, gracias a la ayuda de un intérprete– está en representar la realidad cotidiana, los temas universales de la humanidad. A pesar del caos de la guerra, las personas hacen el amor, comen, se reúnen; eso es lo que me interesa captar.”

Arturo Galansino, director de la Fundación Palazzo Strozzi, afirma en entrevista: El estilo del artista ha quedado patente a lo largo de su carrera, su visión neutra es su marca de fábrica. Su pintura no juzga, y en los temas internacionales esta tendencia parece incrementarse. Es un artista-artista que usa los medios pictóricos, así como manos y ojos para proponer otra visión de la realidad. No es un artista político y sin embargo su obra tiene valor político. Por ello amo definirlo como un pintor de historia, incluyendo su método de trabajo basado en una elaborada investigación previa, concluyó.

Se recomienda el filme Hometown Boy (Yao Hung-I, Taiwan 2011, 72 minutos) para penetrar en el mundo creativo del artista.

Liu es de entre los protagonistas de la llamada nueva generación de artistas chinos, que debutó idealmente en mayo de 1990 con dos exposiciones: una colectiva y otra del mismo Liu que causó sensación, al tiempo en que China se iniciaba un crecimiento económico exponencial.

Es una generación nacida en los años 60 del siglo pasado radicada, como él, en Pekín, que creció sin traumas históricos particulares, interesada en captar la cotidianidad urbana (Yin Jinan, New Generation and Close up artists).

Liu ha utilizado como modelo a compañeros de su mismo círculo y viceversa: protagonizó, por ejemplo, The Days (1993), dirigida por su amigo Wang Xiaoshuai, seleccionado por la BBC como una de las cien mejores películas de todos los tiempos.

Xiaodong figura entre los artistas chinos más cotizados del mercado (Artnet). En 2014 Disobeying the Rules (1996) fue vendida a un coleccionista europeo por 8.5 millones de dólares, cifra que superó récords.