Algunos de los narcotraficantes mexicanos más buscados por Estados Unidos, por los cuales autoridades de ese país solicitaron en reiteradas ocasiones al gobierno mexicano su extradición, han sido puestos a disposición de jueces estadunidenses y lograron reducir sus condenas de cadena perpetua a un máximo de 25 años –descontando el tiempo que pasaron presos en México–, tras alcanzar acuerdos que los han beneficiado con la disminución de la pena y hasta la secrecía de sus convenios.

Entre ellos se encuentran capos como Héctor Luis El Güero Palma, Osiel Cárdenas Guillén, Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, y Francisco Arellano Félix. Joaquín El Chapo Guzmán ha informado por medio de sus abogados que busca un acuerdo con autoridades de Estados Unidos para aceptar su extradición.

El caso más reciente es el de El Güero Palma, quien el próximo mes será un hombre libre y sin más cargos que enfrentar. Él fue el principal socio de Joaquín El Chapo Guzmán, con el que fundó el cártel de Sinaloa

El Güero Palma fue detenido en 1995 en Zapopan, Jalisco, y en junio próximo cumplirá 21 años de su aprehensión. El capo fue extraditado a Estados Unidos en 2007 y, en 2008, sentenciado por una Corte Federal en San Diego, California, a 16 años de prisión y a cinco más en libertad condicional, los cuales deberá pasar en ese país. Tras declararse culpable de traficar 110 libras de cocaína, se le conmutó la pena de cadena perpetua.

En marzo de 2003 fue detenido en Matamoros, Tamaulipas, Osiel Cárdenas Guillén, El Matamigos, líder del cártel del Golfo y creador de Los Zetas. Era considerado uno de los más sanguinarios narcos mexicanos, y uno de los que inclusive se había atrevido a amenazar a agentes estadunidenses en territorio mexicano.

Cárdenas Guillén fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2007, viajó en el mismo avión que El Güero Palma. Sus procesos penales en ese país están sancionados con cadena perpetua, tenía 19 cargos en una corte de Houston, Texas.

En 2010, luego de que sus abogados negociaron reducción de la pena, su traslado a una cárcel de mediana seguridad y la secrecía de sus acuerdos en los que presuntamente aceptó colaborar con autoridades estadunidenses para enjuiciar a otros miembros del cártel del Golfo, Cárdenas Guillén se declaró culpable y fue condenado a 25 años de prisión –de los cuales 13 los pasó en cárceles mexicanas– y al pago de una multa de 50 millones de dólares.

Otro caso fue el de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, integrante del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, quien se declaró culpable de los cargos de tráfico de drogas y lavado de dinero, y recibió una condena de 20 años, cinco de los cuales estuvo en prisiones mexicanas, ya que fue detenido en 2010 y entregado a ese país en 2015.

De Francisco Javier Arellano Félix, su condena, que era de cadena perpetua, fue reducida a 23 años al aportar información confidencial clave en contra de otros miembros del narcotráfico en México; hasta ahora lleva seis años recluido en aquel país.