Joaquín El Chapo Guzmán Loera se inició en el narcotráfico bajo las órdenes de personajes como Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto; sin embargo, fue hasta la detención de sus jefes que formó su organización, el cártel de Sinaloa, en sociedad con El Güero Palma.

En 1993 fue capturado por primera ocasión como uno de los implicados en la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, pero en ese entonces no era el traficante más buscado; esa condición se dio tras su fuga del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, en 2001, para después integrar a su cártel a nombres considerados históricos en el comercio ilegal de estupefacientes: Juan José Esparragoza Moreno, El Azul; Ismael El Mayo Zambada e Ignacio Nacho Coronel Villarreal.

El cártel de Sinaloa se convirtió en la organización con mayor poder en México, ya que los cárteles de los hermanos Arellano Félix y de Juárez perdieron a sus líderes: Ramón Arellano fue abatido en Mazatlán y su hermano Benjamín fue detenido en Puebla; el cártel de Juárez perdió presencia con el fallecimiento de Amado Carrillo Fuentes, en 1997, y al no cuajar una federación de grupos criminales que pretendía crear Rodolfo Carrillo, El Niño de Oro, pues fue asesinado en la ciudad de Culiacán.

La organización de Guzmán Loera creció y, según reportes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), logró asociarse y tener presencia en Europa, Asia, América del Sur y África. El Chapo se convirtió en el delincuente más buscado por las autoridades de Estados Unidos, inclusive en Chicago se le consideró el criminal número 1, más violento y peligroso que Al Capone.

Guzmán Loera fue detenido, por segunda vez, el 22 de febrero de 2014 durante un operativo de la Secretaría de Marina en Mazatlán, Sinaloa y de allí fue enviado al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, Altiplano, en el municipio de Almoloya de Juárez, considerada prisión de alta seguridad.

De ahí se evadió meses después de que el entonces procurador, Jesús Murillo Karam, señalara que Guzmán Loera se quedaría en México y que no sería extraditado hasta que cumpliera su sentencia en unos 100 años.

El 11 de julio de 2015, al filo de las 21 horas, El Chapo se fugó por un túnel de 500 metros de longitud que fue cavado desde un predio cercano al Altiplano y llegó hasta el espacio de baño de la celda del líder del cártel de Sinaloa.

El 8 de enero de 2016 fue capturado por tercera ocasión, esta vez por elementos de la Policía Federal, cuando escapaba de elementos de la Secretaría de Marina en la ciudad de Los Mochis, en Sinaloa.

Desde hace tres semanas, Guzmán Loera se encuentra preso en el Cefereso número 9, en Ciudad Juárez, luego de que se presentaran varias fallas en el sistema eléctrico del penal del Altiplano, y ya fue notificado que existen dos autorizaciones judiciales para que sea extraditado a Estados Unidos para ser juzgado en cortes de Texas y California.