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Testimonio Josimar Nájera García: historiador, maestro litógrafo y responsable
Este taller trabaja en horario de lunes a viernes de 4:00 a 6:00 pm y sábado de 9:00 am a 6:00 pm. También estoy laborando en el Taller de Litografía y Producción. Allí estamos de 9:00 am a 3:00 pm de la tarde, pero si hay demasiada producción a veces tomamos todo el día, de 9:00 am a 6:00 pm, o al revés, si hay demasiado trabajo en Encuadernación a veces empezamos desde 9:00 am y hasta 6:00 u 8:00 pm. Tenemos aquí una mesita donde vemos nuestro stock. Ahora de plano se había agotado todo, y por eso estamos rellenando los huecos. Este taller nació como un intento de a ver si se podían producir cosas para vender y así tener ingresos. El año pasado hicimos más de 300 libretas. No esperaban que fuéramos tan productivos. Actualmente ya nos encargan cajas de libretas, tenemos pedidos grandes y ya no nos damos abasto. Todo esto se vende en la Tienda de La Ceiba. No sólo se venden las libretas, también mandiles, camisetas, litografías, grabados, impresos en textiles, papel, muchas cosas. Nuestro trabajo es producción, pero también vienen residentes que hacen uso de los talleres, se les apoya, se les da cursos; hay de encuadernación, igual que de litografía, de grabado, de cerámica, de papel, de dibujo... Este espacio no sólo es para la venta, también es de enseñanza. La Ceiba no está asociada con el gobierno, tiene esta palabra de autosustentable. Todo lo que se hace aquí es porque uno le va echando las ganas. Este Taller de Encuadernación es uno de los más jóvenes, apenas llevamos dos años. En Litografía ya vamos para 11, eso sin contar que ese taller ya venía desde antes de la fundación de La Ceiba, era personal, era de Per; el maestro nos puso aquí su maquinaria y ya se puede utilizar para la producción de obra como parte de La Ceiba Gráfica. ¿Cómo conseguimos las prensas, necesarias para la encuadernación? Hay varios bazares en Coatepec, entonces el maestro Per consiguió estas prensas allí y muchas de ellas se restauraron. Una tenía los brazos rotos, los que tiene no son los originales. En otra estaba tronada una parte y el maestro Per la mandó soldar. Él las ha ido restaurando y las ha hecho útiles. El maestro también compró la guillotina, es una Chandler. Las cosedoras, con su toque de carpintería, las fue diseñando él. A las prensas les decimos burritos. Tuvimos que echarle coco para ponerlas a trabajar. Muchos de los muebles que tenemos acá no se compraron, por ejemplo esas sillas se hicieron en el Taller de Carpintería, todos los muebles se han hecho acá, creo que lo único que se encontró aquí en la hacienda, al fundar fueron las puertas y un cuadro, una pintura. De mi trabajo me gusta todo y nada en especial, siento que los dos talleres en que estoy se complementan. Antes estuve un tiempo trabajando en elaboración de papel, de allí pasé a Litografía y luego me capacité para Encuadernación. Yo nací en Guerrero, un estado que tiene su historia y donde hay muchas cosas qué escarbar, yo soy historiador, estudié en la Universidad Veracruzana. Y entonces tuve la oportunidad de conocer este espacio y aprender la litografía. Cuando terminé la universidad estuve dando clases en una escuela. Eso es mi pasión y pienso regresar a dar clases. Todo lo que hace uno es importante, y uno puede hacer cualquier trabajo siempre y cuando lo ame, así sea barrer. Cuando yo era niño trabajé en un hotel, en un rancho…; a veces platico con doña Marce, y me dice “me toca hacer aseo de una habitación”, y le digo “no se preocupe, yo también he pasado por eso”. Yo no me siento estancado por ser historiador y estar en la litografía, al contrario, me siento orgulloso, estoy aprendiendo. Esto va a sonar pretencioso, pero cuando llegué al Taller de Litografía, no me sentía capaz, veía a la gente cómo se desenvolvía con esta técnica y me dije “no, pues ¿qué hace un triste historiador acá en el ámbito del arte?” Ahora hasta doy cursos, y perdón por la vanidad pero han venido incluso maestros a que les dé cursos yo. Hay gente que viene aquí tan sólo a activar su zen, no vienen más que a hacer sus tesis o a escribir. Hubo una persona, un literato, que no hizo ningún uso de talleres, pero sí se aventó un poema sobre la litografía y supo darle al clavo. Estuvo como dos meses, y su novia sólo venía a componer canciones. Realmente el lugar es muy tranquilo, agradable, el canto de las aves es bello; ahora les tocó un día asoleado pero a lo mejor en una hora se nubla y llueve. Es parte de la zona. En mi tierra el sol está fuerte todo el tiempo.
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