La religiosa, máximo exponente del lenguaje hablado del Siglo de Oro español, según sacerdote
Lunes 16 de mayo de 2016, p. a10
Así como el lenguaje escrito del Siglo de Oro español está representado por El Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, el lenguaje hablado de esa época tiene a su máximo exponente en la mística Teresa de Ávila o Teresa de Jesús.
La afirmación es del sacerdote Carlos Martínez, de la orden de los carmelitas, especialista en la obra de esa santa de origen español, así como de las que se han escrito en torno de su vida y su obra.
El religioso participó en la mesa redonda En Santa Teresa morando, efectuada la noche del jueves pasado como parte de la exposición Morando en Santa Teresa, que la pintora Carmen Parra presenta desde abril pasado y hasta este domingo 14 de mayo en Casa Lamm, dentro de los festejos por el 500 aniversario del natalicio de esa mujer, una de las figuras del cristianismo, cumplido en 2015.
En la sesión, el también sacerdote y catedrático universitario Gonzalo Balderas, de la orden de los dominicos, afirmó que si bien Santa Teresa de Jesús es vista como mujer profundamente religiosa, también fue una gran intelectual.
Esto último se debe, explicó el docente de la Universidad Iberoamericana, a que estuvo en contacto con la literatura desde muy niña, situación que tuvo que ver con su origen judío.
Los judíos aman los libros, los leen, y aunque su familia se convirtió al cristianismo, este amor por los libros siguió vigente durante toda su existencia. Teresa desde muy pequeña comenzó a leer; los libros eran sus amigos
, abundó.
Afirmó que Teresa de Ávila no estuvo exenta de la enorme importancia que tuvieron las vidas o biografías de Jesús de Nazaret para los cristianos del siglo XVI, y afirmó que la escrita por Ludolfo de Sajonia, El Cartujano, le dejó una marca imborrable, al extremo de que fue la causa para adoptar el De Jesús
al tomar los hábitos.
De acuerdo con Gonzalo Balderas, Teresa de Ávila practicó una espiritualidad diferente a la de la Edad Media, al seguir no una corriente mística intelectual, como se acostumbraba en aquella época, sino una de corte afectivo, la cual abrevaba en un clásico de la espiritualidad de la época, la Imitación de Cristo, de Tomás de Kempis.
Entre otros pormenores, el especialista recordó además que a esta mujer le tocó vivir una centuria de grandes cambios y transformaciones, pues el XVI no sólo fue el siglo del Renacimiento y el Humanismo, sino también cuando se fracturó la cristiandad occidental, luego de que en 1517, sólo dos años después del nacimiento de Teresa de Ávila, estalló en Alemania la reforma protestante.
Para concluir su participación, subrayó que Teresa de Jesús es la primera santa burguesa, la primera santa empresaria canonizada por la Iglesia, la primera que promovió el culto a un santo vinculado al trabajo: San José.
Ella demostró que se puede ser místico, se puede tener contacto con el dinero sin dejarse corromper por él
, apuntó Gonzalo Balderas.
En su turno, el sacerdote Carlos Martínez se refirió al enorme magnetismo que esta mujer ha suscitado desde el momento mismo de su muerte, en octubre de 1582, no sólo entre religiosos, sino laicos de diferentes ámbitos.
“Es una especie de tsunami en el que todo mundo se interesa”, aseveró y señaló que en el siglo XVII se publicaron 243 ediciones de sus 14 escritos; en el XVIII, 125; en el XIX, 269, y en el XX, hasta 1967, 528 ediciones.
También estudiosa de la obra de esta poeta y religiosa, Laura Ruiz de Valencia ahondó en cómo se ha acentuado en años recientes ese influjo por el trabajo de San Teresa, lo mismo en especialistas en literatura que en antropología, en religión que en sicología, en misticismo que en medicina.
La mesa contó asimismo con la participación de la poeta y ensayista Minerva Margarita Villareal, quien afirmó que la de Santa Teresa de Jesús es una poesía viva que trasciende su escritura y determina los planos de su vida.