El pueblo asediado por los nazis
n pueblo de sólo 60 habitantes, enclavado en las montañas de la provincia de Burgos y a sólo unas horas de la capital española, Madrid, se ha convertido en el centro de batalla de la eterna lucha entre la intransigencia y el racismo contra la civilidad y los derechos humanos.
Hace sólo dos años, tras vencer lustros de desidia, esta pequeña localidad decidió cambiar su nombre por su carácter ofensivo y pasó de ser Castrillo Matajudíos a Castrillo Mota de Judíos. Un solo vocablo cambió radicalmente el sentido y el espíritu de su nombre.
Sin embargo, esto provocó la ira de los grupos de extrema derecha y neonazis que siguen reivindicando la añeja vocación de España y sus autoridades de perseguir al pueblo judío (o a los gitanos, a los masones, etcétera) tal y como hicieron en varias ocasiones a lo largo de la historia. Y para demostrar su rechazo al cambio pintaron la entrada del pueblo con esvásticas y con el nombre anterior. Y así lo han hecho hasta seis veces, con amenazas e insultos a los judíos y a los 60 vecinos del pueblo.
La mayoría de vecinos son gente mayor y les impresionan mucho estas cosas; no es normal que un pueblo tan pequeño reciba tanta violencia
, advirtió el alcalde Lorenzo Rodríguez, quien agregó que por mucho que pinten el pueblo y nos amenacen, no vamos a ceder en nuestro empeño de recuperar nuestra identidad
.
El caso del pueblo Castrillo Mota de Judíos ha llegado hasta Israel, donde ahora están recabando fondos para establecer ahí mismo un centro de estudios de las culturas sefardíes, que además servirá como muestra de apoyo y solidaridad acosados por los nostálgicos de la persecución y el exterminio.
Armando G. Tejeda, corresponsal