En lo que va del año, los pequeños productores de leche han sacrificado 250 mil vacas por la disminución de las compras que realiza Liconsa. Cada día ofrecen a los rastros más cabezas de ganado, una de las alternativas para no desaparecer.

El presidente de la Federación Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz, señaló que “la actividad lechera está herida de muerte por el comercio desleal interno y externo, y por el anuncio de Liconsa que este año dejará de comprar 265 millones de litros debido al recorte a su presupuesto. Los productores de Jalisco, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz y Guanajuato –los que aportan el mayor volumen nacional– son severamente afectados”, sostuvo.

Comentó que en la inauguración de la 80 asamblea de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas habló menos de un minuto con el presidente Enrique Peña Nieto, a quien esbozó la problemática de los pequeños y medianos productores. Su respuesta, dijo, fue a ver qué se puede hacer.

Agregó que en un escrito que entregó al jefe del Ejecutivo asentó que las importaciones de leche en polvo aumentaron en 52 mil toneladas duarnte 2015 en comparación con 2014, y que hasta abril de este año se han adquirido 96 mil toneladas. De continuar así, al cierre de 2016 al país habrán ingresado 300 mil toneladas.

Las importaciones, explicó, desplazan 3.5 millones de litros diarios de leche, lo que afecta 60 mil empleos e impide que la ganadería nacional se desarrolle. “Las compras de leche en polvo se han multiplicado ante la caída de los precios internacionales, pues de 6 mil dólares la tonelada pasó a mil 600 dólares; rehidratar ese producto cuesta 2.70 pesos por litro, mientras al ganadero les cuesta 5.60 pesos producir el mismo volumen, pero se ve presionado a venderlo de 2.50 a tres pesos.

En el escrito, los ganaderos destacaron que producir leche en el país es más conveniente que importarla, ya que 2 millones de personas trabajan en la captación, industrialización, distribución y comercialización, además de que de esta actividad dependen miles de pequeños comercios.

Respecto del anuncio presidencial de que está por concluirse la norma para productos lácteos, González Muñoz apuntó que hay desconfianza entre los productores, porque las industrias y los grandes almacenes han presionado para continuar con los beneficios.

Los beneficios serán sesgados, porque siguen llamando leche a productos que ya no tienen esas características, abundó.

Insistió en que para evitar la quiebra del sector lechero nacional es necesario ordenar el mercado y que también los consumidores tengan información en el etiquetado sobre la calidad de los productos que consumen, pues no es lo mismo leche fluida que la leche de soya, de almendras o de cualquier otra denominación. También hay que etiquetar los yogures y los quesos, demandó.