Por primera vez, Desnudatio perfecta, exposición de Sandra Pani, y la pista sonora interpretada y grabada por el Ensamble del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic), que dirige José Luis Castillo, se presentan en el Museo de la Cancillería desde mañana. La inauguración será a las 19 horas.

El disco compacto alusivo a esa muestra no sólo refrenda la pasión de Sandra Pani por la pintura y la música. También es para ella una declaración de principios sobre el sentido del arte, en la cual rechaza la orientación actual que se da a éste como mercancía y pugna por recuperar su trascendencia como elemento dador de sentido a la vida.

Sobre ello ahondó la pintora hace unos días durante la presentación del álbum, integrado por nueve obras de igual número de compositores mexicanos de generaciones diferentes, entre ellos Mario Lavista, Javier Álvarez, Georgina Derbez, Jorge Torres Sáenz y Hebert Vázquez.

El acto tuvo lugar en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, donde Sandra Pani se refirió a la importancia de la música en su trabajo pictórico y definió a esa disciplina como un puente, una reconexión y un vehículo para tocar la esencia de lo que somos.

En mi trabajo cotidiano, al pintar o dibujar, siempre me acompaña la audición de música clásica, por lo que resulta muy natural para mí que el espectador vea mis obras arropadas por esta espléndida música (la del disco), dijo.

Creo que de esta manera se revela un poco el espacio íntimo de mi taller, donde la música es una herramienta indispensable para crear puentes y conectarme con ese lugar de donde salen mis imágenes.

Coproducido por la Secretaría de Cultura federal y el sello Tempus, Denudatio perfecta es el segundo álbum grabado por el Ensamble del Cepromusic, con dirección de su titular, José Luis Castillo.

Forma parte de un proyecto de largo aliento emprendido el año pasado por Sandra Pani, que consiste en montar una exposición de título homónimo para la cual invitó a ese grupo de compositores a reflexionar en términos sonoros sobre su trabajo pictórico.

A decir de la pintora, en cada una de las piezas musicales es posible reconocer no sólo sus búsquedas plásticas, sino una parte profunda de su ser.

En la presentación del álbum participaron también el subdirector del Instituto Nacional de Bellas Artes, Sergio Ramírez Cárdenas; el titular de la Coordinación Nacional de Música y Ópera, José Julio Díaz Infante; el compositor Jorge Torres Sáenz y el director de orquesta y compositor José Luis Castillo.

Entre otros aspectos, Sandra Pani recordó que cuando tenía nueve años de edad se había propuesto ser pintora y pianista. Sin embargo, decidió enfocar todas sus energías a pintar siete años más adelante, después de una breve y desafortunada estancia en el conservatorio.

Eso sí, sin jamás haberme alejado de la música; soy pianista de clóset, dijo y luego citó al poeta Alberto Blanco acerca de que el arte tiene el poder de transformar y al primero que transforma es al propio autor.

Para mí, en muchos sentidos, los artistas hoy más que nunca tienen que lograr no sólo un equilibrio entre sus diversas voces, sino que nuestro mandato nos coloca en la aventura de buscar en la insondable profundidad de lo que somos para ser un medio que comunique cosas que vienen de lejos, indicó.

De cierta forma, somos canales de estas mitologías y la obra un resultado del intento de representar el universo y nuestro lugar en el mundo. Para mí, esto se logra con la atención puesta al mundo de afuera y a nuestro mundo interno, los cuales se corresponden.

(El Museo de la Cancillería se ubica en República del Salvador 47, Centro Histórico.)