Camino por la ladera y la flor se asoma, camino mirando al cielo siento su aroma, se escucha entre el fluir de guitarra alegre y violín de nostalgia, un sabor de gustito guerrerense, con aires de son huasteco y michoacano interpretado por el grupo Los Molotes, dado a la vida por siete jóvenes entusiastas por la música tradicional mexicana con creaciones propias.

Es una cuestión de pertenencia, de sabernos partícipes de una cultura, hablan reunidos en entrevista. Estamos juntos para tocar música mexicana, pero con temas originales, tratando de tener un poco de innovaciones tímbricas experimentales y con los instrumentos. Pero todo con base en lo mexicano. El son jarocho, la tradición del sotavento o el fandango se funden con el bolero, el bossa o la samba. Puede tomar muchos colores, muchas formas, pero el hilo conductor es que somos músicos mexicanos.

Han observado que hay un resurgimiento entre los jóvenes por acercarse a las raíces. Por ejemplo, el son jarocho tiene un auge. Sobre todo los chavos, que van a talleres, se interesan, viajan a lugares como Tlacotalpan a buscar nuevos sonidos, música que no es tan fácil encontrar en la radio.

Tu lindo andar, tema con notas de jarana, acordeón, clarinete y cajón, casi un suspiro de desamor por el camino, da título a su primer disco que se presenta el 14 de mayo, en los márgenes de la industria musical, con una manufactura más bien artesanal y autogestiva. Me tienes aquí rendido en tu caminar. Con ese lindo andar abres cerrojos.

Los Molotes, un antojito de maíz relleno de diversos ingredientes, como papa o carne, según la región donde se prepare, fue la elección para nombrar a la banda. Es una palabra corta, muy mexicana. Este sopecito es una fusión, una masa que sabe bien rico, cuenta Ismael Chavarría, bajista que junto a Gustavo Calzada, compositor, voz y ejecutante de la jarana, tuvieron la idea de formar el conjunto.

La agrupación surgió hace tres años, en una conversación en el estacionamiento del trabajo, en el Centro de Investigación y Estudios de la Música (CIEM), donde Gustavo e Ismael dan clases. Poco a poco se unieron los demás. La alineación ha cambiado, algunos se fueron, otros llegaron. En este disco participan la voz de Fernanda Cabral, las percusiones de Samuel Araiza, la guitarra de Erick Huízar y el acordeón de Alan Ahued.

Un encuentro azaroso, todos tienen distintos géneros en su historia musical, como el jazz, el funk, el ranchero o los ritmos latinos. Las ideas se han conjuntado. Una de las cosas que siempre se mantienen es ese saborcito mexicano, el son jarocho y demás estilos de son. Mucho de lo que somos se ve reflejado en nuestra música. No hay exclusiones.

Varios invitados

Además participan varios invitados que colaboraron en los 11 temas que integran la primera grabación de Los Molotes. Gilberto Gutiérrez, del grupo Mono Blanco; Ramón Sánchez, de Zazhil; el contrabajo de Semilla y los compositores Gerardo Tamez y Ernesto Anaya son algunos. Zapateado, arpa y teclado, también.

Gran parte de las letras se acercan a los ritmos mexicanos a través de situaciones cotidianas de amor y desamor o de la felicidad que provoca estar en este espacio. Van por ese camino.

El disco se presentará el sábado 14 de mayo, a las 18 horas, en Dos Quince Galería (Guanajuato 215, colonia Roma). La entrada tendrá un costo de 150 pesos, pero prometen promociones para adquirir el disco. Al final habrá un fandango para quien se anime a llevar la jarana, cantar, bailar y zapatear.