Martes 3 de mayo de 2016, p. 35
Providence, Rhode Island.
El circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey despidió el domingo a sus elefantes de los escenarios, con el último de los espectáculos que durante dos siglos han divertido al público estadunidense, pero que han suscitado críticas de defensores de los derechos de los animales.
Esta noche es muy especial. Todos somos testigos de la historia, pues las leyendas vivientes más grandes de la nación salen al escenario para su última reverencia
, anunció a la multitud el presentador Johnathan Lee Iverson.
La gente gritó animada cuando los seis elefantes asiáticos aparecieron para ejecutar el acto en el que bailaron, mantuvieron el equilibrio en la espalda de otros, se sentaron sobre sus patas traseras y se hicieron los dormidos.
Vinimos a decir adiós a los elefantes
, declaró Sheila Oliver, de East Providence, que trajo a su hija Lilliana, de cuatro años. Es la primera vez que ella viene al circo
. Cinco elefantes también actuaron horas antes el domingo en un espectáculo de Ringling Bros en Wilkes Barre, Pennsilvania.
El espectáculo en Providence comenzó con el himno nacional. Un elefante cargó en el lomo a una artista que portaba una bandera estadunidense y se mantuvo inmóvil hasta que terminó el himno. Minutos después, seis elefantes salieron al escenario, cada uno sosteniendo la cola del que iba adelante.
Vivirán en centro de conservación
Después de la función del domingo, los animales vivirán en el centro de conservación de elefantes, de 81 hectáreas, que Ringling tiene en Florida, dijo Alana Feld, vicepresidenta ejecutiva de Feld Entertainment, propietaria del circo.
El circo tiene 40 elefantes, la manada más grande en América del Norte, y continuará en un programa de cría. También será aprovechada en un proyecto de investigación contra el cáncer en niños.
Los elefantes han sido utilizados por más de 200 años en circos de Estados Unidos.