Lágrimas de cocodrilo de la IP
El No circula, pretexto
Otra prueba al gobierno local
ntre reclamos y amenazas, como siempre, los dirigentes del comercio establecido de esta ciudad ahora sacan el pañuelo para secar las lágrimas que les produce la contaminación del aire, y no porque les afecte los ojos, sino porque les pega en el bolsillo. Pero, como siempre, no defienden a los dueños de las tiendas de las esquinas, sino a las grandes cadenas, que se ven obligadas a gastar más para surtir a los pequeños comercios.
Para nadie es un secreto el crecimiento desmedido de las empresas de todo tipo que operan en la Ciudad de México, y que se han movido a su gusto por muchos, muchos años, sin que nadie frene sus ambiciones. Y ahora, como han hecho sinnúmero de veces, acusan pérdidas por las medidas que ha tomado el gobierno de la ciudad, y la salud de la gente, que tanto ha demandado el jefe de Gobierno en los días de contingencia, les importa un verdadero pito.
Este es el momento para evitar que los representantes del gran comercio, es decir, los líderes de los sindicatos patronales, como la cámara de comercio de esta ciudad, sigan manipulando la información y la realidad. El caos con el que se maneja ese sector –o se manejaba antes de los episodios de contaminación– no debe continuar, así volvamos a ser la región más transparente del aire
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Amenaza la cámara de comerciantes con la desaparición de 80 mil pequeños comercios. Los pone de escudo, como si esa fuera su verdadera preocupación, aunque nunca denuncia, por ejemplo, que grandes marcas como Walmart, Chedraui, Comercial Mexicana y algunas otras han hecho desaparecer miles de tienditas, a las que nadie defendió, ni defiende, cuando se trata de construir otra megatienda.
Y peor, van hacia el chantaje. Se perderán, dice el dirigente Humberto Lozano, 160 mil empleos, porque muy probablemente el comercio no aguante la prolongación de la medida, principalmente la que exige que el transporte de carga sólo transite ciertas horas del día. Así de simple: o los dejan hacer lo que se les pegue la gana, pase lo que pase, o montan su ya tradicional show de amenazas y ataques contra quienes ellos consideran el enemigo del momento.
No obstante, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, declaró que en esto de la contaminación lo que importa es la salud de la gente, y la puso, como debe ser, por arriba de sus deseos de aumentar su popularidad para contender por la Presidencia de la República, por lo que ningún argumento podría ser válido para derribar la medida que en mucho ayuda a la ciudad.
Sin embargo, todo el mundo sabe del poder que tienen los empresarios y los problemas que causan a los gobernantes cuando se sienten lastimados en sus intereses, en sus bolsillos; por eso, ahora, muy seguramente van a poner a prueba al jefe de Gobierno, quien no debería dejarse intimidar por las amenazas y los chantajes, si, como dijo, es verdad que los importante para él es la salud de los habitantes de la Ciudad de México. Vamos a ver qué pasa.
De pasadita
En la Ciudad de México la certeza de que el PRI será un desastre en la próxima elección parece estar confirmado por el trabajo que muchos militantes de toda la vida han decidido desarrollar en contra de su propio partido. Según nos cuentan, el grupo amarillo, que comanda Rosario Robles, los ha tratado de desplazar, y ellos, con la experiencia de siempre, habrán de tomar venganza por las ofensas recibidas.
En ello están, entre otros, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien no se desdice. Su voto, hasta ahora, será en contra del PRI o tomará el camino de la abstención, y cuando dice que va en contra es que ya tiene bien escogida su opción, y por ella va.