Antes le dolía no tener fama ni reconocimiento
Martes 3 de mayo de 2016, p. a11
Hubo un momento en que a la campeona del mundo Anabel Avispa Ortiz le desesperaba no ser reconocida en México. Había logrado un título en Japón que defendió siempre con mucho riesgo y a pesar de eso apenas era mencionada. El sábado 30 de abril expuso por sexta ocasión ese cinturón de la AMB ante Katty Gutiérrez y volvió a vencer. Esta vez ya no le causó pesar ser casi una desconocida.
Ya quedó atrás cuando me preocupaba la aprobación
, dice la peleadora. No me interesa si me reconocen, porque me queda el orgullo de que al viajar a un lugar tan lejano como Japón, y que ahí me celebren por las peleas que han visto
.
Recuerda como si ese sentimiento hubiera sido superado, incluso sentía rabia cuando veía boxeadores que crecían en sus carreras enfrentando peleadores fáciles. Bultos
, señala La Avispa, que sólo perpetúan el engaño de deportistas que no saben arriesgar.
Pero eso, insiste, quedó atrás. Y si el sábado tenía demasiada precaución ante Gutiérrez, de quien le habían advertido tuviera cuidado de su experiencia como campeona y poder de mano derecha, al resolver una vez más el reto volvió sentirse satisfecha con su trayectoria.
Ella, al bajar aún como monarca mundial, constató que es una boxeadora profesional sin atisbos de duda, que se coronó fuera de México y ha expuesto su título en Japón y Corea del Sur con éxito, aunque al volver no haya tumultos en el aeropuerto. Nada estropea ese orgullo.
Ni siquiera vivo completamente de lo que gano como peleadora profesional
, confiesa. Tengo un pequeño gimnasio y con eso acompletó el gasto de campeona
, dice como si fuera una broma aunque es todo cierto.