Buenos Aires.

Una multitudinaria e histórica marcha convocada por cinco centrales sindicales para protestar contra los despidos y las sistemáticas políticas de ajuste del gobierno del presidente Mauricio Macri, y para conmemorar por adelantado y luchando el Día del Trabajo, produjo una fuerte conmoción política a poco más de cuatro meses de instalarse la actual administración. Organizadores afirmaron que unas 300 mil personas se manifestaron en esta capital, al tiempo que se realizaron marchas similares en las principales capita- les provinciales del país.

Hace años que no se lograba una acción de unidad tan importante como esta, a pesar de que el dirigente de Gastrónomicos, Luis Barrionuevo, junto a Gerónimo Momo Venegas, un empresario con cuentas offshore en Florida, Estados Unidos, quien curiosamente representa a los peones del campo, hicieron una manifestación aparte, aunque apoyaron la convocatoria. Ambos líderes se reunirán con Macri en estos días.

La ciudad se paralizó durante horas, mientras desde distintos puntos convergieron cada una de las centrales sindicales, pero también organizaciones sociales y políticas que mantuvieron una presencia activa, pero dejaron el escenario a los trabajadores. El mitin de los trabajadores se realizó en las calles Paseo Colón e Independencia, frente al edificio histórico de lo que fue la Confederación General del Trabajo durante la presidencia del general Juan Domingo Perón, en los años 50.

Los oradores fuero Pablo Micheli, de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA Autónoma); Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores; Antonio Caló, de la CGT Alsina, y Hugo Moyano, de la CGT Azopardo, algo que nadie podía preveer hace cuatro meses.

Inocultable preocupación popular

Al iniciar el acto, entre consignas que destacaban el grave momento que se vive con los despidos y la inflación, el secretario del sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid leyó un documento titulado Unidad para la justicia social, producto del consenso alcanzado entre las cinco centrales.

El movimiento obrero organizado se moviliza por primera vez en mucho tiempo en una acción en la que todas las expresiones gremiales actuaron en conjunto, dijo Schmid y añadió que el pueblo sigue con inocultable preocupación la evolución de las medidas económicas aplicadas por el gobierno.

El documento destacó la aceleración de la inflación y el traslado del costo (de la crisis) sobre las espaldas de los trabajadores. También se refirió a la caída del empleo y la necesidad de que se apruebe la ley de emergencia ocupacional, que fue apoyada por una importante mayoría en el Senado y que debe ser discutida la semana próxima en la Cámara de Diputados.

Los sindicatos recalcaron en el discurso el incumplimiento de las promesas que hizo Macri durante su campaña electoral, entre ellaslade terminar con el impuesto a las ganancias, lo que no cumplió al afirmar que el salario no es ganancia.

Asimismo, el documento exige el pleno respeto al derecho a huelga si sin ningún protocolo de seguridad, en referencia a la propuesta que presentó la ministra de Seguridad, Patricia Bulrich, que abre la posibilidad de la represión policiaca.

Finalmente, los sindicatos exigieron la no intromisión de ningún organismo externo en la vida de los sindicatos, llamaron a los sectores políticos a involucrarse en estos problemas y demandaro al gobierno que disponga de medidas concretas para terminar con la crisis, al destacar que los trabajadores necesitan saber cuál es el plan antiinflacionario y los instrumentos para darle cumplimiento.

El documento recalcó que no se pueden dejar cuentas pendientes ni seguir apelando a la herencia recibida. La justificación de que la culpa está en el otro no nos sirve.

Los sindicatos reclaman también la universalización de las asignaciones familiares y las garantías vigentes para los jubilados; así como soluciones integrales a problemas rezagados que se han resuelto de manera provisional.

El texto, leyó Schmid, es un llamado de atención a las fuerzas políticas para que asuman estos problemas. En referencia a las estrategias gubernamentales, los sindicatos estiman que son el regreso de recetas que tuvieron tristes consecuencias, y llaman a que no se dejen libradas las soluciones al mercado o al derrame.

¿Quién se beneficia con esto? –concluye el documento– Las empresas monopólicas de algunos sectores y el sector financiero. La sola herramienta de la discusión paritaria para actualizar el salario ya no basta para sostener la igualdad.

Pablo Micheli (CTA Autónoma) destacó, por su parte: Si el gobierno veta la ley de emergencia laboral va a haber conflicto, porque vamos a agudizar la lucha y si no escuchan habrá paro también.

A su vez Hugo Yasky de la CTA de los Argentinos, afirmó que las centrales obreras irán al Congreso nacional para que los diputados voten la ley antidespidos. Y si Mauricio Macri la veta, que sepa que vamos a salir a las calles a pelear.

En tanto, Antonio Caló de la CGT Alsina, anunció la unificación de las dos CGT para el próximo 22 de agosto. Luego habló Moyano, titular de la CGT Azopardo, quien cerró el acto y fue el que habló más extenso. Una multitud vitoreó su nombre cuando se aproximó al estrado. El secretario adjunto de los camioneros confesó estar nervioso por la cantidad de compañeros presentes. El acto marca distancia entre Moyano y Macri, a quien criticó, sobre todo por ni siquiera consultarnos las medidas.

El líder camionero recordó que desde que Cambiemos está en el poder, ha demorado mucho en tomar medidas a favor de los trabajadores y muy poco en hacer medidas que favorezcan a los empresarios. Esto no es un acto en contra del gobierno, es un acto a favor de los trabajadores. Pero al que se ponga en frente de los trabajadores lo vamos a enfrentar. Esto va a ser así, porque históricamente ha ocurrido con el movimiento obrero”, advirtió Moyano en medio de aplausos. El gobierno tiene que respetar los reclamos de los trabajadores, porque no son caprichos, son realidades. El gobierno tiene que entender que tiene que pensar en el sector mas débil de la sociedad.

Por primera vez las CGTs y las CTAs se juntaron en un claro mensaje de unidad.