La Cámara de Diputados flexibilizó el calendario escolar de educación básica y normal, cuya duración será de entre 185 y 200 días efectivos de clase.

Los legisladores modificaron los artículos 13, 51, 53 y 69 de la Ley General de Educación (LGE) –con 364 votos a favor y 59 en contra– para remitirlo al Ejecutivo federal, facultándolo para avalar los ajustes que las escuelas realicen al calendario, previa verificación del cumplimiento de los lineamientos que emita la autoridad educativa.

De esta forma, las autoridades de ese sector, en cada entidad federativa, publicarán en su órgano informativo las autorizaciones de cambios al calendario escolar determinado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), y se faculta a los consejos escolares de participación social para opinar en torno a esos cambios.

No obstante, los partidos Movimiento Ciudadano y Morena coincidieron en que la citada reforma no implicará un solo paso adelante en materia de calidad educativa. Lo que se está haciendo es apostar por cambios cosméticos, es buscar notas en los periódicos y no poner en el centro los verdaderos problemas de la educación nacional, repuso Jorge Álvarez Maynez.

Para Morena, en voz de Patricia Aceves, la propuesta es insuficiente porque la iniciativa del Ejecutivo federal implica un alto riesgo al calendario, obedeciendo a la discrecionalidad de la burocracia de la educación pública. Es una decisión que afectará profundamente la organización de la familia en el cuidado y atención de los niños.

Por su parte, la SEP manifestó su beneplácito por la aprobación en la Cámara de Diputados de la modificación a la LGE para flexibilizar el calendario escolar, que se aplicará a partir del próximo ciclo escolar, que comienza en agosto próximo.

La dependencia federal afirmó que con esta medida se promueve un mejor aprovechamiento de la jornada escolar, pues hace más efectivo el tiempo destinado a la misma. Agregó que también fortalece la autonomía de gestión de cada centro educativo, propicia las condiciones para que alumnos, profesores y padres de familia se involucren en la toma de decisiones, y fortalece el federalismo al reconocer las diferencias entre los distintos estados.