Tú y los otros
ensibles, comprometidos con su público y muy creativos, tres jóvenes dramaturgos mexicanos –sin ponerse de acuerdo– presentan simultáneamente obras para niños y adolescentes en el Centro Cultural del Bosque. Son tres historias diferentes, pero con un tema común de base: los otros y su otredad.
Música para los ojos se escenifica en el teatro Julio Castillo. Es una exquisita pieza dramático-musical escrita y dirigida por Sergio Bátiz, cuyo trabajo ha sido reconocido por cinco años consecutivos por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. La obra está pensada desde la percepción de los niños sordos y para el goce musical y la comprensión emocional de los niños que no lo son. Participan una actriz y dos actores sordos, además del propio Sergio Bátiz, quien explica: “Música para los ojos surgió de un diálogo entre dos mundos diferentes: el de las imágenes silenciosas de los sordos y el aparentemente intangible universo de la música, unidos en un lenguaje común: el teatro”. Las funciones: sábado y domingo a las 11:30 y 13:30 hasta el 15 de mayo.
Una bestia en mi jardín, escrita y dirigida por Valentina Sierra, se presenta sábados y domingos a las 12:30 horas en el teatro El Granero, y pretende inculcar en los niños una mirada afectuosa y pensante hacia los migrantes. La puesta en escena con la compañía Puño de Tierra incluye música en vivo, actores circenses y títeres. Con letras escritas por Fernando Bonilla y Valentina Sierra y la música de Yurief Nieves, la obra es animada con divertidas canciones. La obra busca generar en los niños sensibilidad y conciencia sobre la existencia y la vida de otros niños, en otras partes del país.
Cosas pequeñas y extraordinarias, escrita y dirigida por Daniela Arroio y Micaela Gramajo, se presenta en el teatro El Galeón. La dura experiencia del exilio a través de la vida de Emma, niña de ocho años, quien, de pronto, debe partir con sus padres a otro país muy diferente y abandonar el suyo y a su querida abuela. La obra está dedicada a todas las personas que un día tuvieron que emigrar
, que tuvieron forzadamente que conocer y adaptarse a otra cultura y a otras personas.
Termino con hermosas palabras alusivas de Octavio Paz, en un fragmento de Piedra de Sol: “…para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia, no soy, no hay yo, siempre somos nosotros…”