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Ciudad de México Sosteniendo lo insostenible Carlos Uriel Sumano Arias Laboratorio de Restauración Ecológica, Instituto de Biología de la UNAM [email protected]
Desde hace décadas, diversas instancias e instituciones han buscado resolver los problemas de la zona patrimonio, pero no es difícil darse cuenta de que éstos se acentúan. Tal condición obliga a reflexionar, entre otras cosas, si es que los profesionistas, las instituciones y la sociedad tienen las herramientas adecuadas para enfrentarse a la problemática y resolverla, además de indagar en los conocimientos que lograron el surgimiento de lo que en algún momento de la historia fue un paraíso de aguas cristalinas con peces, axolotes, aves y cosechas abundantes que permitían vivir de la chinampa. Cuando preguntamos a los antiguos chinamperos cómo resolvían los problemas de plagas y enfermedades en sus cosechas, con nostalgia recuerdan los tiempos en que no era necesario preocuparse por esas cosas. Nos recuerdan cuando en las aguas cristalinas se mojaba la cabeza de los niños y se les enseñaba a respetar al elemento que da la vida: “En el agua no se orina, no se escupe y no se tira basura”, decían los abuelos a los padres y los padres a los hijos. Aunque existían problemas, los chinamperos se apoyaban en las actividades que beneficiaban a la comunidad y participaban en las soluciones. Los procesos físicos, químicos y biológicos de la naturaleza aportaban minerales y materia orgánica por medio de ríos que se convertían en abonos de excelente calidad para nutrir a las chinampas, las cosechas y a los hombres. Los manantiales proveían agua de excelente calidad para la navegación y el riego de un sistema de permacultura integral que sirve para implementar asentamientos humanos productivos, de forma sostenible, y bellos que respetan la naturaleza. En la actualidad cuando la ciencia ha logrado el conocimiento del mundo como nunca antes, la mayoría de los productores enfrenta plagas y enfermedades con agroquímicos que matan peces, axolotes y aves, y resulta cada vez más difícil y costoso vivir de la chinampa. Las aguas están turbias y son contaminadas por los propios habitantes de Xochimilco, que han olvidado el sentido de pertenencia a la zona lacustre y esperan que los canales se pierdan para construir caminos de concreto y asfalto, y los turistas que festejan en antros y cantinas ambulantes orinan, escupen y arrojan su basura en el agua. Los chinamperos escasos y dispersos han olvidado el trabajo comunitario y casi todos esperan que alguna instancia gubernamental limpie los canales o resuelva los problemas. Los ríos arrastran contaminación y basura hacia las presas que, cuando se abren, envenenan el agua de los canales que son abastecidos con aguas tratadas. Los manantiales han sido entubados para abastecer a la insaciable Ciudad de México. Ante el escenario actual nos enfrentamos al reto de restaurar el sistema, al reto de construir nuevas herramientas teóricas y metodológicas que nos permitan enfrentar y solucionar las problemáticas de degradación ambiental de la zona patrimonio de manera integral. Impulsamos iniciativas que de manera gradual propician la integración de diversas disciplinas científicas con los conocimientos y la visión del mundo de los chinamperos para la toma de decisiones y la implementación de acciones. Estamos transformando la manera habitual de incidir en la problemática, dejamos de considerar a los chinamperos y a los habitantes de la zona lacustre sólo como ejecutores de planes, programas y proyectos para que puedan desde el interior convertirse en sujetos de cambio de su propia realidad. Hemos entendido que la solución integral requiere de la participación activa de quienes viven y sortean las problemáticas. Los chinamperos, entre el ir y venir de presupuestos, instituciones y funcionarios, están conscientes de que los habitantes de la Ciudad de México nos beneficiamos del agua, de la captura de carbono en vegetación y suelos con alto contenido de materia orgánica, de la regulación de temperatura y de la producción de oxígeno, y obtienen a cambio unos cuantos pesos por sus cosechas. Mirando hacia el futuro, debemos aprender de la experiencia, debemos aprender lo que no debemos de hacer. Son urgentes ideas nuevas en la ciencia, la academia, las instituciones y la sociedad. Si la única opción es que los individuos se conviertan en engranes de la maquinaria social que pone en riesgo su propia existencia, estamos condenados como humanidad a perder nuestro patrimonio. Si los individuos y la sociedad continúan desvinculados del ambiente; si no tomamos conciencia de que debemos organizarnos para resolver las problemáticas que nos afectan; si la economía no impulsa sistemas de producción y consumo local y sigue alentando el crecimiento de las ciudades; si predominan sistemas tecnológicos dependientes de insumos que envenenan el agua, el suelo y la biodiversidad, acabaremos con la agonizante zona lacustre que sostiene lo insostenible y que un día fue ejemplo para el mundo. Quintan Roo Emprendedores en permacultura:
Xavier Fux [email protected] Para lograr un cambio significativo en el mundo, es vital llevar la permacultura al mainstream y al mundo de los negocios. La permacultura nos da soluciones para modelos de negocio que ayuden al planeta Tierra. Nos inspira y da fuerza para creer que es posible vivir mejor sin afectar al medio ambiente en las ciudades y medios rurales. La permacultura, además de ser un movimiento para crear conciencia y cambios en la manera que cultivamos nuestros alimentos y creamos el entorno, debe de ser económicamente viable para que los campesinos y desarrolladores urbanos la implementen de manera masiva y exponencial. Si el modelo de negocio no funciona, el campesino no cambiará sus técnicas de cultivo y continuará utilizando químicos y transgénicos. Lo mismo sucede con el desarrollador urbano y los arquitectos constructores. Por otro lado, la colaboración/convergencia en nuestra realidad diaria es parte de la dinámica permacultura y negocio. Dentro de la permacultura no existe la competencia, sólo el complemento. Si observamos a la naturaleza, nos damos cuenta que todo tiene un orden y múltiples funciones. Entre cada parte del diseño, existe una co-dependencia y simbiosis. Una colaboración con el fin del Bien Común. Tenemos que abandonar la idea del crecimiento vertical y empezar a crear sistemas de beneficio mutuo, al consumir productos locales, de preferencia sembrados y cosechados por nosotros mismos o nuestros aliados.
Es por esto que una de mis metas fue crear la Granja Green Beat, en Tulum, con un modelo de permacultura/negocio que se pudiera replicar en una escala de cinco mil metros cuadrados. La premisa era que si a partir de una pequeña inversión lograba que un terreno se auto sustentara y que creciera exclusivamente con el dinero que fuera generando mediante cursos, talleres, venta de verduras y programas sociales, a otra gente le seria atractivo hacer lo mismo. La granja ha sido exitosa desde el 2010 y cuando cumplió dos años ya se mantenía por sí sola, probando que este tipo de modelo es viable. En la actualidad ofrecemos dos curso de Certificación de Permacultura al año con un promedio de 25 alumnos de todo México y Latinoamérica y suman actualmente 200 alumnos graduados. Vendemos nuestras verduras a restaurantes y hoteles locales y por ratos a la comunidad tulumeña mediante programas de venta de canastas. Para compartir nuestros logros, Discovery Channel del Reino Unido grabó un especial de la granja y nuestro trabajo para fomentar un turismo sustentable y crear conciencia para comer productos orgánicos y locales. El Centro de Permacultura Green Beat Tulum sigue creciendo y ya pronto tendremos facilidades para hospedar voluntarios y continuar con labores de capacitación y producción de productos frescos y locales para restaurantes de la zona. Hace un año, construimos detrás de la granja el Hotel Harmony GlampingTulum. Glamping quiere decir “camping con glamour”. Este proyecto surgió como una progresión lógica a la granja y a sus necesidades de poder albergar a nuestros alumnos en nuestro propio sitio. Para su diseño y construcción, se usó la permacultura con materiales sustentables; implementaciones, y productos tales como: maderas muertas, muros de arena compactados, bancas de súper adobe, muebles de pallets, rocas del terreno, tratamientos de aguas residuales mediante humedales, bio digestores, plantas nativas y jabones naturales y bio degradables. Este ejemplo en permacultura aplicada para un modelo de negocio me hace pensar en la economía denominada Triple Bottom Line o de Triple balance en español. Buena para mí, buena para la gente, y buena para el planeta. Si no cumple alguno de los tres criterios, ya no es de triple balance y no constituiría un modelo de negocio atractivo a nuestros objetivos. La iniciativa debe de ser buena para mi bolsillo, buena para la gente que trabaja conmigo y buena para el planeta; es decir que además de no contaminar, evite maltratar al planeta y ayude a regenerarlo creando conciencia, educación, trabajos dignos y una cadena de negocios sustentables. La permacultura abre más oportunidades cuando se le lleva a un modelo de negocio, y esto sucede cuando se le complementa con proyectos de asesoría y consultoría a campesinos, ranchos y fincas que desean utilizar compostas y fertilizantes orgánicos y métodos sustentables de cultivo. Otros proyectos incluyen la acuaponia e invernaderos con cultivos verticales que ahorran espacio y no necesitan ocupar tierra ni tanta agua. www.greenbeat.org TEDx, https://www.youtube.com/watch?v=tD_o6Bj6dCI&nohtml5=False
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