En el primer trimestre del año, mil ganaderos productores de leche abandonaron la actividad por el alza de los insumos y los bajos precios –de tres a cinco pesos– que reciben por cada litro, así como la inestabilidad que generó el anuncio de Liconsa de que este año dejará de comprar 600 mil litros diariamente debido al recorte en su presupuesto, dijo Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación Mexicana de Lechería.

De no crearse un programa de fondo de protección y retiro de excedentes estacionales por la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), que Liconsa adquiera toda la leche destinada al abasto social con los productores nacionales y la banca de desarrollo defina mecanismos de flexibilización de los plazos de los créditos, seguirán desapareciendo los pequeños y medianos ganaderos lecheros, advirtió.

En 2015, apuntó, 4 mil productores abandonaron la actividad y 50 mil vacas fueron sacrificadas; lo mismo puede suceder en este año, lo cual puede ocasionar un problema social, ya que el sector es generador de empleo y México corre el riesgo de volverse totalmente dependiente de las importaciones del lácteo.

“Es una situación insostenible: los 240 mil productores que aún resisten la embestida de las importaciones de leche en polvo encendieron los focos rojos”, advirtió en conferencia de prensa. El costo del retiro de los excedentes es de 100 a 200 millones de pesos, el cual es muy manejable para la Sagarpa y el beneficio social es profundo.