Carlos Azueta, representante de Amnistía Internacional (AI), expresó la preocupación de ese organismo por la actitud de indolencia del Estado mexicano y el gobierno de Chihuahua, al no investigar los más de mil 600 casos de desaparición forzada en esa entidad.

En una reunión con senadores y familiares de desaparecidos, denunció que el gobierno de César Duarte actúa de mala fe y ha impedido la participación de los expertos forenses argentinos para identificar los restos encontrados en fosas clandestinas de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, donde se reportan 351 desaparecidos.

Agregó que continúa el trato de indolencia, ya que no se ha tomado en cuenta el informe de AI, publicado en enero pasado, en el que hay 22 recomendaciones, una de ellas permitir la participación de familiares en las investigaciones.

Los familiares denunciaron ante las senadoras Silvia Martínez Elizondo (de Acción Nacional) y la presidenta de la comisión de Derechos Humanos del Senado, la perredista Angélica de la Peña, la presiones de la fiscalía de Chihuahua para que acepten que sean ellos quienes analicen los restos y dejen de pedir la participación del Equipo Argentino de Antropología Forense.

Lucha Castro, reconocida activista social y fundadora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, y de la organización Justicia para nuestras hijas, en apoyo a familias de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres víctimas de feminicidio, señaló que cuando AI presentó su informe anual, la respuesta del gobernador Duarte fue: afortunadamente en mi gobierno no hay desapariciones forzadas.

Pero, agregó Castro, nosotras le mostramos con datos duros que más de 70 por ciento de las desapariciones han sido en su gobierno. Entonces, hay una absoluta negativa a aceptar la problemática, y eso ha pegado muchísimo a las familias.

Martha Arana, madre de Alfredo Quezada, desaparecido desde 2010 en Ciudad Cuauhtémoc, sostuvo que les pedimos apoyo y que se permita que el equipo Argentino de Antropología Forense haga el trabajo en el estado de Chihuahua, donde hemos estado pugnando por buscar a nuestros hijos como madres con una ausencia muy grande, con pesares muy difíciles, cayendo y levantando. No es fácil entender que te arrebaten a un hijo; no se lo deseo a nadie en el mundo.