l portal de Wikileaks ha dado a conocer la versión estenográfica (oficial) de una importante teleconferencia sobre las negociaciones entre Atenas y la troika. El tema de la conferencia se relaciona con el incumplimiento de las metas de política fiscal impuestas al gobierno griego y sobre la posible salida de Grecia de la unión monetaria. Algunos piensan que la conferencia revela grietas cada vez más profundas en las posturas de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y el propio FMI).
La conferencia se llevó a cabo hace dos semanas entre altos funcionarios del FMI: el director de la oficina para Europa, la jefa de la misión para Grecia y otra funcionaria del Fondo en Washington. La discusión está dominada por la preocupación que tiene el FMI en relación a lo que considera metas irrealistas en materia de superávit fiscal que la Comisión Europea y Berlín insisten en imponer a Grecia.
Desde hace algún tiempo el FMI está tratando de enviar un mensaje claro al resto de la troika. Al parecer el organismo considera que la situación en Grecia solamente puede resolverse mediante una quita significativa en su deuda. Al mismo tiempo ha terminado considerando que es necesario relajar las metas de superávit fiscal. Pero tanto Alemania como la Comisión en Bruselas han rechazado tajantemente la idea de quitas adicionales a la deuda griega por juzgar que ya se han hecho todos los recortes posibles. Y, en lo que concierne a las metas de superávit fiscal la Comisión en Bruselas insiste en que falta mucho terreno que recorrer en Atenas, en especial en el espinoso tema del régimen de pensiones. Además, Bruselas y Berlín consideran que hay varias reformas estructurales sobre las cuales el gobierno de Tsipras no ha terminado de actuar. Muchas de esas reformas se traducirán en mayores recortes en la prestación de servicios básicos para la población, además de incrementos en varios impuestos.
Las negociaciones para resolver de manera durable el problema de la crisis en Grecia siguen empantanadas. Es evidente que los altos funcionarios del FMI se han dado cuenta de que el impacto del recorte fiscal (la austeridad) ha sido mayor de lo que nadie en ese venerable organismo esperaba hace apenas un par de años. Los efectos de la austeridad sobre el crecimiento hacen que la relación deuda/PIB aumente de manera explosiva y por eso reclama el FMI actuar de manera simultánea sobre el castigo fiscal y sobre el monto de la deuda. Es una cuestión de gradación: el FMI no ha cambiado la esencia de su diagnóstico sobre las causas de la crisis y la medicina amarga que debe tomar el pueblo griego para superarla. Sólo está tratando de cuidar de que a los médicos que administran la receta no se les pasen las cucharadas.
El ministro de finanzas alemán, el señor Schäuble, ha hecho saber en repetidas ocasiones que la mejor solución pasa por la salida de Grecia de la unión monetaria (incluso ha llegado a insinuar que estaría preparado para pedir el apoyo del Bundestag para subsidiar dicha eventualidad). Por supuesto, esto necesitaría un plan bien diseñado para la transición ordenada hacia la nueva moneda griega. Está por verse si las instituciones europeas (incluyendo el Banco Central Europeo) están dispuestas a intentar un proyecto de esta naturaleza.
Si la filtración de este documento buscaba calmar los ánimos en Atenas, haciendo pensar a los negociadores griegos que el FMI podría ayudar a mitigar el fanatismo del resto de la troika, el objetivo no se ha cumplido. Ayer mismo el gobierno griego demandó explicaciones al Fondo preguntando si la postura oficial del organismo consistía en provocar condiciones de una bancarrota nacional justo antes del referendo en Inglaterra. La señora Lagarde no tardó en responder que la estrategia del FMI no descansa sobre amenazas, pero la historia de las intervenciones del organismo en América Latina y varios pasajes en el documento filtrado indican lo contrario. El intento de jugar al “buen miembro de la troika” en contra de los malos
(Bruselas y el BCE) ha fracasado.
Por cierto, el documento filtrado revela que las negociaciones entre Grecia y la troika se verán complicadas por dos factores adicionales. El primero es el referendo sobre la permanencia de Inglaterra en la Unión Europea. Esa votación, prevista para el 23 de junio, podría desembocar en lo que se ha denominado la Brexit. La troika no querrá forzar la mano obligando a Atenas a doblegarse a nuevas condiciones humillantes por miedo a influir en el voto en Inglaterra.
Las negociaciones sobre Grecia también se están viendo afectadas por la grave crisis de refugiados y migrantes en Europa. La posible salida del país helénico de la unión monetaria haría muy difícil que Atenas cumpla con las ideas que algunos políticos tienen sobre el control del flujo de migrantes. Quizás esa es la última carta en poder de los griegos en las negociaciones con la troika.
A siete años de haber estallado la crisis en Grecia, la medicina neoliberal no sólo no ha funcionado, sino que sigue profundizando la recesión.
Twitter: @anadaloficial
Nota: El vínculo con la página de Wikileaks en la que se encuentra el documento del FMI.