Miércoles 6 de abril de 2016, p. 33
Guadalajara, Jal.
Filiberto Ortiz Amador, el policía jalisciense con mayor número de demandas por violaciones a los derechos humanos, labora en la policía de Guadalajara como jefe del área de investigaciones. En la nómina del municipio gobernado por el alcalde Enrique Alfaro Ramírez, del partido Movimiento Ciudadano (MC), aparece como suboficial
, con un sueldo mensual de 46 mil pesos.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública comprueban que en octubre pasado, cuando empezaron las administraciones municipales emanadas de MC –que gobiernan 63.16 por ciento de Jalisco–, aumentaron los delitos. En enero pasado hubo 8 mil 231 contra 6 mil 981 de enero de 2015, y en febrero se reportaron 7 mil 967, contra 6 mil 821 de febrero de 2015.
Apodado El Pinto por padecer vitiligo, Ortiz Amador fue el policía más acusado de aplicar métodos de tortura contra los altermundistas que fueron detenidos tras una manifestación contra las políticas neoliberales durante la cumbre de jefes de Estado de Europa y América Latina realizada en mayo de 2004 en Guadalajara.
César Naranjo, pintor nuevoleonés que estuvo en aquella manifestación y fue detenido, relató que antes de ser enviados al penal de Puente Grande policías estatales los golpearon en la cabeza, usaron bolsas de plástico para asfixiarlos y les aplicaron descargas eléctricas en los testículos, todo bajo la supervisión de Ortiz Amador.
De guarura a jefe
En 2007 El Pinto fue nombrado jefe de la policía de Ocotlán y en su primer año al frente de la corporación acumuló 59 quejas, en 22 de las cuales la Comisión Estatal de Derechos Humanos obtuvo evidencias de agresiones, lesiones, amenazas, abusos de autoridad y allanamientos de viviendas por elementos armados, vestidos de civil y a bordo de camionetas sin logotipos oficiales.
Entre las quejas recopiladas por esa comisión hubo varias de adolescentes a quienes se les obligó a desnudarse y fueron torturados. Un niño de 11 años relató que aunque estaba vendado de los ojos distinguió a un hombre con manchas en la cara
que ordenaba meter agujas entre dedos y uñas a los menores detenidos.
Después Ortiz Amador regresó a las filas de la policía estatal durante la última etapa de la gubernatura del panista Emilio González Márquez, y culminó en 2013 como guardaespaldas del ex procurador estatal Tomás Coronado Olmos.