Jueves 31 de marzo de 2016, p. 5
El PRI en el Senado rechazó dos dictámenes en materia de derechos humanos que en comisiones los legisladores priístas habían avalado. El primero era un llamado al secretario de la Defensa Nacional para que ‘‘revise y en su caso proponga los cambios correspondientes a la normatividad militar para fortalecer los derechos humanos’’, en relación con la matanza de Tla-tlaya, donde militares ‘‘recibieron la orden de abatir a los delincuentes en horas de oscuridad’’.
El segundo dictamen rechazado era un reconocimiento que hacía el Senado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por sus aportaciones, observaciones y recomendaciones al gobierno mexicano como resultado de su visita, del 28 se septiembre al 2 de octubre de 2015, y en las que ‘‘constató la grave crisis de derechos humanos que vive México’’.
Los príistas integrantes de la Comisión de Derechos Humanos que avalaron los dictámenes son: Diva Gastélum, Lucero Saldaña, Miguel Ángel Chico y Jesús Casillas. Al concluir la sesión, en conferencia de prensa el vicecoordinador de los senadores del tricolor, Miguel Romo, aseveró: ‘‘El grupo consideró que en el caso del exhorto al secretario de la Defensa para que actúe y tome las previsiones pertinentes, es una realidad que se ha modificado la normatividad y se han aprobado y ratificado los tratados en esa materia.
‘‘Reiterarle a un secretario algo que ya se está haciendo resulta innecesario; esa fue la consideración (de senadores del PRI para votarlo en contra).’’
Situación bizantina
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Angélica de la Peña (PRD), acusó: ‘‘El PRI votó en contra porque no quiere que votemos ningún punto que tenga que ver con señalamientos de organismos internacionales por la violación grave de derechos humanos; no quieren que se toque nada que tenga que ver con las fuerzas armadas. Ellos consideran que las fuerzas armadas siguen siendo como con el presidente Gustavo Díaz Ordaz’’.
Esto ‘‘tiene que ver con una actitud de querer poner en una burbuja de cristal a México para que no lo observen y no lo investiguen, y no querer atender las recomendaciones de organismos internacionales, pero se está exigiendo aquí que el gobierno actúe en congruencia con los tratados internacionales. Estamos ante una situación bizantina’’.