Islamabad.

Miles de islamitas radicales protestaron este lunes aquí en la capital de Pakistán tras la ejecución de otro islamita y para pedir el ajusticiamiento de una mujer cristiana acusada de blasfemia, en momentos en que las fuerzas de seguridad lanzaron operaciones antiterroristas en la oriental provincia de Punjab, donde un atacante suicida mató en Lahore a 75 personas y dejó heridas a 350 que celebraban la Pascua.

Mumtaz Qadri fue ahorcado el 29 de febrero por matar al gobernador de Punjab, que había pedido reformar la ley sobre la blasfemia, como parte de las divisiones religiosas cada vez más profundas en este país de 200 millones de habitantes, la mayoría musulmanes.

Los simpatizantes de Qadri, ex guardaespaladas, entraron en la capital desde la ciudad vecina de Rawalpindi, donde se enfrentaron con la policía y fuerzas paramilitares el domingo. En la protesta de este lunes, en la que participaron unas tres mil personas, no se reportaron incidentes.

Los islamitas también piden la ejecución de Asia Bibi, cristiana, madre de cinco hijos, condenada por blasfemia en 2010. Exigen, además, que se declare mártir a Qadri.

El gobierno, que decretó un día de duelo por el ataque del domingo reivindicado por una facción escindida del talibán paquistaní, el grupo Jamaat-ul-Ahrar, elevó la cifras de fallecidos a 72, de ellos 35 niños, al tiempo que el papa Francisco y la Unión de Naciones Sudamericanas se sumaron a las condenas internacionales al atentado en Lahore.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, canceló una visita a Estados Unidos para representar a su país en una cumbre de seguridad nuclear, anunció este lunes el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Sharif pasó el día en Lahore para acompañar a las familias de las víctimas y visitó a los heridos en varios hospitales.