Chilpancingo, Gro.

Unos 100 indígenas nahuas de diversas comunidades, algunos de ellos armados con rifles y escopetas, irrumpieron en la cabecera municipal de Chilapa de Álvarez, en la Montaña Baja, donde permanecieron casi tres horas para demandar que les regresen sus armas de bajo calibre que les fueron retenidas desde mayo del año pasado, cuando ingresaron por primera vez a ese inmueble.

La incursión ocurrió prácticamente en presencia de las fuerzas federales apostadas en este municipio desde el pasado 27 de enero. Provenientes principalmente de los poblados de Ayahualulco y San Ángel, los indígenas llegaron en 34 camionetas, primero por el bulevar Eucaria Apreza, lo que provocó el cierre de bares y la suspensión del servicio de taxis.

La Policía Federal reportó que los hombres armados se identificaron como miembros de la Asociación Civil Comunitarios por la Paz y la Justicia, quienes solicitaron que las fuerzas federales, respeten también su derecho de libre tránsito, porque en los retenes instalados en los accesos de las comunidades los intimidan.

Los contingentes se retiraron alrededor de las 3 de la mañana de este miércoles, luego que las autoridades policiacas les prometieron instalar una mesa de trabajo para analizar el asunto de las armas.

El 9 mayo de 2015, unas 400 personas armadas que se identificaron como policías comunitarios ingresaron a Chilapa y exigieron la presentación con vida de pobladores que habían sido privados de su libertad presuntamente por el grupo delictivo Los Rojos.

En esa ocasión la organización Los Queremos Vivos reportó que más de 57 personas estaban desaparecidas.

José Díaz Navarro, vocero de los 57 desaparecidos aglutinados en Siempre Vivos, sostuvo que la incursión de este martes y miércoles refleja que en Chilapa no existe gobierno. Es un acto de intimidación para la ciudadanía y en particular de la gente que tenemos familiares desaparecidos y que hemos denunciado la impunidad y la injusticia; es una prueba más de que estas personas armadas pueden entrar y salir de Chilapa a la hora que se les antoje pese a la presencia del Ejército Mexicano y la policía federal y la estatal.

El gobernador Héctor Astudillo declaró que estas personas no expresaron ningún tipo de demanda.