El senador panista Jorge Luis Lavalle, integrante de la Comisión de Energía, demandó que el Senado solicite a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) un informe de sus negociaciones laborales y contractuales para cumplir el nuevo esquema de jubilaciones y pensiones estipulado en las leyes secundarias de la reforma energética.

Lavalle resalta en su propuesta que una de las causas centrales que motivaron el rediseño del modelo energético nacional consistió en brindar a Pemex y CFE las mejores herramientas jurídicas y administrativas que le permitieran convertirse en empresas competitivas bajo estándares internacionales para competir con compañías de todo el mundo.

Es por ello, subrayó, que en materia laboral se decidió modificar los esquemas de contratación diseñados a mediados del siglo pasado, mismos que respondían a otra realidad del país y el mundo.

Aseveró que el régimen pensionario que prevalecía en ambas empresas era notablemente más generoso que en el sector privado, el sector público o la banca de desarrollo, en términos de plan, requisitos, edad, salario base o indexación del salario.

Refirió que las comisiones legislativas encargadas de dictaminar la reforma energética realizamos un estudio comparativo internacional, en el que Pemex resultó una de las petroleras con mayores obligaciones devengadas de pasivo laboral, tanto en términos absolutos como relativos. Al igual que pudo apreciarse en la CFE que presentaba en el mismo renglón cifras muy por encima de empresas similares en otros países.

Citó que en Pemex la pensión por vejez se otorgaba al pago de 80 por ciento del salario mensual, a los 55 años de edad y 25 de servicios; a ciento por ciento del salario, a los 55 años de edad y 30 años de servicio, y a ciento por ciento del ingreso mensual con 35 años de servicio.

A los trabajadores que se jubilaban, agregó, se les seguía brindando atención médica para el titular y sus derechohabientes; se les proporcionaba además, canasta básica, gas, gasolina y lubricantes.

Y, en el caso de la CFE, subrayó, se les pagaba pensión por jubilación a ciento por ciento de su ingreso mensual a los 55 años de edad y 25 o 30 años de servicio, sin límite de edad; a ciento por ciento de su ingreso mensual, sin límite de edad y 28 años de servicio, y 15 años laborando en líneas vivas o energizadas.

De igual forma, dijo, a los jubilados y sus familiares se les seguía proporcionando el servicio médico, y se les otorgaban otras prestaciones como servicio eléctrico, despensa jubilatoria, ayuda de renta a casa, cuota de transporte, ayuda de despensa y fondo de ahorro.

Expuso que durante la discusión de la reforma energética, los legisladores estuvimos conscientes de que el régimen pensionario de Pemex y CFE derivaba de la relación que existía entre las empresas y sus trabajadores, y que ésta no debía modificarse por decreto legislativo.

Sin embargo, dijo, se previó la facultad de que el gobierno federal pudiera absorber una proporción del pasivo laboral, registrado a la entrada en vigor de la reforma, siempre y cuando la administración de cada empresa productiva del Estado lograra a más tardar en un año de la entrada en vigor un acuerdo con sus trabajadores para modificar el régimen pensionario y plasmar en el convenio colectivo de trabajo correspondiente.