Mandarinas
logio de la frater- nidad. Ambientada a principios de los años 90 del siglo pasado, en una región devastada de la ex república soviética de Georgia sumida todavía en un intenso conflicto bélico, Mandarinas, del realizador georgiano Zaza Urushadza, refiere la relación entre Ivo, un viejo carpintero de origen estonio y su apacible vecino Margus, recolector de mandarinas, con dos combatientes enemigos (uno georgiano, otro musulmán), quienes luego de sobrevivir a una sangrienta escaramuza reciben heridos la hospitalidad del anciano.
Muy pronto la cabaña de Ivo se vuelve el microcosmos de las rivalidades políticas y los enfrentamientos religiosos del momento, con Nika, un georgiano cristiano, celoso defensor de la soberanía territorial, y Ahmed, el musulmán mercenario, manifestándose mutuamente una animosidad intransigente. La cinta funciona como un alegato antimilitarista, teñido de escepticismo moral y de la convicción de que el género humano vive irremediablemente abocado a la destrucción y a la violencia. Tanto Ivo como su vecino Margus podrían abandonar una cosecha de mandarinas tan abundante como aparentemente inútil, y abandonar el territorio en guerra para regresar a Estonia, como lo hicieron sus seres queridos, pero el arraigo a una tierra que el anciano manifiesta amar y detestar al mismo tiempo, es con todo mucho más poderoso.
Mandarinas no es solamente una parábola pacifista, si- no una melancólica meditación sobre el desmembramiento de una nación, la pérdida de identidades y la difícil fraternidad de los contrarios. Salvando la distancia enorme entre una obra maestra y una cinta modesta y sincera, no es imposible que entre los modelos del realizador georgiano figure, para la ambientación de ese encierro de cuatro personajes paradigmáticos, algo del aliento humanista de un filme como La gran ilusión (1937), de Jean Renoir. La sencillez y sobriedad de este relato, su desen-lace agridulce y la transparencia de su mensaje, lo vuelven, en todo caso, todo un tributo a la tradición de aquel cine antimilitarista.
Se exhibe en la Cineteca Nacional, sala 3: 12 y 17:30 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1