Según el juez, fue cómplice en el asesinato de 2 periodistas rusos
Miércoles 23 de marzo de 2016, p. 30
Moscú.
La justicia rusa –en un juicio que concluyó este martes en la ciudad de Rostov del Don– condenó a 22 años de prisión a Nadezhda Savchenko, piloto del ejército de Ucrania a quien encontró culpable de colaborar en el asesinato de dos periodistas rusos el 17 de junio de 2014, durante el conflicto armado en el este del vecino país eslavo, y de cruzar ilegalmente la frontera con Rusia, por lo cual también le impuso una multa.
Según el juez Leonid Stepanenko, Savchenko ejerció de cómplice en el asesinato motivada por el odio y la hostilidad hacia la población de la región de Lugansk, y en general hacia todos los rusohablantes
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La fiscalía acusó a la mujer de 34 años –la primera en graduarse de piloto del ejército ucranio, en volar un bombardero SU-24 y en formar parte de las fuerzas de pacificación en Irak entre 2004 y 2008– de proporcionar a Serguei Melnichuk, comandante del batallón Aidar, formado por activistas pro occidentales y leal al gobierno de Ucrania, las coordenadas de un retén separatista, el cual fue atacado con morteros, causando la muerte de seis milicianos ucranios y dos periodistas de la televisión pública de Rusia, el reportero Igor Korneliuk y el técnico de sonido Anton Voloshin (el camarógrafo Viktor Denisov sobrevivió).
Stepanenko declinó juzgar un crimen cometido en el territorio de otro país contra ciudadanos de Ucrania y retiró ese cargo contra Savchenko, pero no dudó en condenar a la mujer, al declarar que el fuero de que goza como diputada de la Rada desde octubre de 2014, y miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, no la exime de responsabilidad por la muerte de los periodistas rusos, por cuanto obtuvo la inmunidad después de cometer el crimen
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El juez desestimó también las pruebas presentadas por la defensa –entre otras, la declaración de un testigo y el análisis de la ubicación por GPS de su celular–, de acuerdo con los cuales Savchenko, secuestrada por milicianos separatistas, llevaba una hora presa en la sede del servicio de seguridad de Lugansk, en el centro de esa ciudad, cuando ocurrió el ataque de morteros en el poblado de Stukalova Balka, a muchos kilómetros de distancia.
Stepanenko tampoco dio crédito a lo que sostienen los abogados: después de una semana retenida en Lugansk, agentes del FSB (Servicio Federal de Seguridad) de Rusia llevaron a Savchenko contra su voluntad a territorio ruso, donde la fiscalía asegura que cumplía una misión de espionaje hasta caer detenida, y apareció frente a las cámaras de la televisión rusa durante un interrogatorio en el edificio del Comité de Instrucción de la región de Voronesh.
Para Ucrania héroe nacional, y para Rusia criminal de guerra, en los 21 meses que lleva en la cárcel Savchenko realizó varias huelgas de hambre, tanto de alimentos como de líquidos, lo que generó peticiones al Kremlin de varios gobiernos de otorgarle el indulto o de cambiarla por prisioneros rusos en Ucrania.
De modo invariable, Rusia –mediante su Cancillería– dejó en claro que no procedía efectuar ningún intercambio o amnistía mientras no existiera una condena en firme, lo que sucederá dentro de diez días si los abogados de Savchenko no recurren la sentencia.
No se excluye que Savchenko –quien desde el pasado 4 de marzo se encuentra en huelga de hambre y amenaza con dejar de beber cuando empiece a ser efectiva la condena– pueda regresar a Ucrania, canjeada su libertad por la de dos oficiales rusos del GRU (inteligencia militar del ejército ruso) Aleksandr Aleksandrov y Yevgueni Yerofeyev, detenidos en Ucrania.
Al respecto, terminado el juicio en Rostov del Don, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, se mostró dispuesto a liberar a esos militares rusos e hizo público que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, le prometió entregar a Savchenko después de que el juez dictara sentencia.