Miércoles 23 de marzo de 2016, p. 2
Crystal River, EU.
Al nadar en el río Crystal en Florida, Brandy Pounds llegó a estar tan cerca de un manatí, que sintió en los dedos de los pies la respiración de ese animal, que podría pronto perder su condición de especie en peligro.
Me di la vuelta y lo vi cara a cara. Hubo contacto visual. Fue genial
, señaló la turista.
Perezoso, de bigotes y un peso que puede llegar a los 545 kilos, el manatí de Florida fue una de las primeras criaturas que ingresó a la lista de animales en peligro de extinción de Estados Unidos, en 1967, junto al águila calva y el caimán de ese país.
Por décadas, este animal también conocido como vaca marina fue celosamente resguardado por los ambientalistas, incluso recibiendo el título de animal marino acuático oficial de Florida.
Sin embargo, los tiempos han cambiado para el herbívoro de nado lento.
La agencia estadunidense de protección animal (FWS, por sus siglas en inglés) ha propuesto degradar al manatí de la lista de especies en peligro
a amenazadas
, en virtud del aumento de su población: sólo en Florida se contabilizaron en febrero pasado 6 mil 350 ejemplares, contra mil 267 en 1991.
Una decisión final se tomará en 2017 y recaerá sobre todos los manatíes del Caribe, que habitan desde Florida hasta el norte de América del Sur.
Creo que este es el primer paso para celebrar el éxito
en su conservación, valoró Iván Vicente, especialista en la reserva del río Crystal. El cambio implicará una diferencia mínima
, precisó.
Tan sólo significa que la especie ya no es tan vulnerable a extinguirse como antes, aunque lo sigue siendo. El nivel de protección no disminuye
, afirmó.
Sin embargo, grupos de defensa de los manatíes advierten que estos animales continúan amenazados por enfermedades, pérdida de su hábitat y accidentes provocados por embarcaciones.
Creemos que es prematuro
el cambio, señaló Katie Tripp, directora del Save the Manatee Club, creado en 1981. Teme que implique menos recursos para la protección de la especie.
Lo importante es el hábitat
Tripp minimiza la importancia del aumento de su población. Lo importante es el hábitat” que puede perderse, señala.
En el invierno, cientos de manatíes de Florida convergen en Three Sisters Spring, cerca del río Crystal, zona donde hay fuentes de aguas cálidas.
Mike Dunn es el copropietario de la empresa Manatees in Paradise, que organiza paseos por los canales, para que grupos de seis turistas a la vez puedan bucear junto a estos grandes mamíferos. Las instrucciones son claras: no está permitido abrazarlos ni empujarlos.
Matar a un manatí está absolutamente prohibido. Un infractor puede enfrentar una multa de 100 mil dólares y un año de cárcel.
En el bando contrario, están los clubes náuticos, que por años han impulsado el cambio de estatus de la vaca de río.