La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura hizo un llamado a los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe para que reduzcan la deforestación e intensifiquen el manejo de los bosques. Aunque en los cinco años recientes la pérdida de masa forestal pasó de 4.45 a 2.18 millones de hectáreas, las pérdidas netas anuales en la región superan las mermas globales.

En el Día Internacional de los Bosques, la FAO advirtió que la deforestación genera la erosión del suelo y altera la calidad del agua. Los bosques regulan el régimen hídrico y cuan-to más natural sea el ecosistema, más efectiva será esta función, asentó Jorge Meza, de la unidad forestal del organismo internacional.

Refirió que debe atenderse la extracción del agua en la región, la cual se ha triplicado en las últimas tres décadas. El sector agrícola –especificó– utiliza 70 por ciento del recurso, le siguen el uso doméstico con 20 por ciento y la industria con 10 por ciento.

Bosques y agua son afectados por el cambio climático; “el efecto se magnifica por la degradación de los suelos a raíz de la expansión de las zonas de cultivo en áreas no apropiadas y la intensificación de la producción y del uso no apropiado de los insumos agrícolas. Entre los efectos por el cambio climático se espera que hacia mediados de este siglo ocurra la sustitución gradual de los bosques tropicales por sabanas en el este de la Amazonia, y de vegetación semiárida por vegetación de zonas áridas debido al aumento de la temperatura y la disminución del agua en el suelo.

Ante esta situación, la FAO impulsa una iniciativa regional junto con los gobiernos para apoyarlos a cuidar sus recursos naturales, enfrentar el cambio climático y gestionar riesgos de desastres, indicó.

Los bosques, señaló, constituyen un componente clave en la gestión de las cuencas hidrográficas, su conservación es primordial para la humanidad, pues se estima que de continuar con la misma tendencia, en el 2030 el mundo afrontará un déficit hídrico de 40 por ciento. En los países en desarrollo, una inversión entre 15 mil y 30 mil millones de dólares en la mejora de la gestión de los recursos hídricos podría generar rendimientos anuales directos cercanos a los 60 mil millones de dólares.

En México, precisó, la deforestación se ha reducido 35 por ciento, pero aún se siguen perdiendo 90 mil hectáreas anuales de cubierta vegetal. Desde 1990, en el país han desaparecido cerca de 3.5 millones de hectáreas.