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Narrativas de autonomía e Víctor Ribeiro Rio40Caos y MidiaColetiva.Org-Brasil/RJ) En 2015 diversos colectivos de medios libres y audiovisuales de América Latina y el Caribe constatamos la fuerza y afinidad que reside en la producción de imagen comunitaria de la región. En una ruta de encuentros y aprendizajes desde México y Colombia hasta Argentina, Perú y Ecuador, caminamos hacia el conocimiento e identificación, que hace rato sabíamos que teníamos, pero que el mirarnos cara a cara nos hizo celebrar y desarrollar. El camino que se emprende en el escenario de la (edu) comunicación popular en que estamos metid@s nos lleva a afirmarnos como facilitador@s y aprendices de proyectos colectivos. Y más que todo, a generar una visibilidad geopolítica y cultural para las transformaciones desde lo local hacia lo continental, que nuestras acciones con los medios pueden testimoniar, activar y retroalimentar. En México, cuando estuvimos activando y experimentando el concepto de “territorio audiovisual”, lo más evidente que surgía era que somos un tipo de gente que concentra valores, sentimientos, expresiones, acentos, ritmos y colores muy similares. Cargamos en el corazón el intento de afirmarnos y expresarnos como autor@s de nuestra propia historia, como testigos de nuestra complicidad cultural y de nuestra pertenencia. Allí pudimos mirar nuestro continente desde el cielo, y cartografiar afectividades, tecnologías sociales de lucha y también una producción audiovisual insurgente y expresiva. A partir de eso surge el mapeo Territorio Audiovisual (https://territorioaudiovisual.crowdmap.com), que es una versión participativa y comunitaria de un archivo de videos que están implicados en la denuncia de violaciones de derechos humanos y en las luchas por la autonomía y autodeterminación de las comunidades populares. Y este ejercicio de cartografiar, mirar, tocar y aprender nos actualizó el estatus de identificación cultural y solidaridad mutua. El mapa ya escapó de las manos de quienes lo hicieron, y es el hogar de una plataforma de difusión e impulso de ideas y contenidos que son pilares para nuestra (edu) comunicación continental. Y ahí reside su potencia, porque cada video es distinto y hecho en territorio diverso, pero al mirar todo el conjunto en la ruta, nos late como el mismo. Es como si la magia de la diversidad y pluralidad pudiera hacer emerger un solo discurso: de autonomía y soberanía audiovisual. A esto se conecta la potencia y celebración colectiva que fue la realización, en noviembre de 2015 en nueve países del continente, del circuito llamado Semana por la Soberanía Audiovisual. Lo que se vivió con este evento fue un experimento de rompimiento de fronteras desde el hacer audiovisual, desde la capacidad de encontrarse y dispersarse por el continente, sin que la distancia fuera un elemento separador, pues más bien fue un elemento de potencia celular y difusora de sueños colectivos. Y a partir de eso, miles de personas, colectivos, videos y ciudades se proyectaron en las paredes de las calles, comunidades, aldeas, callejones y favelas, para decir: somos divers@s pero somos familia. Y esta familia sigue creciendo y experimentando cruzar sus fronteras culturales y límites geográficos, a partir de la capacidad de acercamiento que activa el lenguaje audiovisual. Y el futuro de esta “relación de sangre” está lleno de un sentimiento de capacidad de producción de memoria e identificación colectiva, lo que nos hace más fuertes, solidari@s y con mayor confianza, al tiempo que esta misma producción en disputa ocurre en un contexto de avance de explotación de recursos naturales, especulación de los centros urbanos, aumento de la vigilancia y control, criminalización de movimientos sociales, crecimiento del racismo y agotamiento de la naturaleza. Es justo el escenario del consumismo, de explotación y reducción de las libertades el que contiene una energía insurgente e incontrolable de creación. Y sobre todo de (r)existencia. Y por eso mismo nos juntamos –con cuerpo y alma– para amplificar las voces, que suenan distintas pero se armonizan en un canto por la memoria, identificación y autonomía de los pueblos, como estética y forma de (con) vivír. Liga al video: Video colaborativo sobre el Encuentro de Medios Libres, llevado a cabo en Ayotzinapa en julio de 2015 https://youtu.be/TWcdKHfPrT8 Semana por la soberanía audiovisual: La comunicación audiovisual se ha impulsado históricamente de manera comercial, dando prioridad a los modos de producción de las industrias culturales y los grupos de poder hegemónicos que, con estrategias de control y dominación, construyen imaginarios y referentes culturales para sostener su apuesta neoliberal. En contraposición, nosotros apostamos por la construcción de espacios de encuentro, inspirados en experiencias latinoamericanas de cine revolucionario y militante con sentido crítico, que cuestionan las lógicas y formas de acción tradicionales. Así, empezamos a gestar la construcción de propuestas y alternativas desde el diálogo e intercambio de experiencias de carácter audiovisual, que cuestionaran los modos de producción tradicionales, para recuperar la capacidad de producir nuestros contenidos, difundir nuestros imaginarios y relatos propios. Por medio de procesos y reflexiones críticas a las políticas neoliberales y sus estrategias de despojo y criminalización en los territorios, soñamos con la articulación de un tejido espontáneo, que respondiera al llamado e impulso de movilizarnos desde la refracción y lo audiovisual. Motivados por las ideas y reflexiones del maestro Stefan Kaspar, acerca del cine comunitario y otras posibilidades de uso de las tecnologías de la información para los procesos en comunidad, colectivos y organizaciones afines, levantamos nuestras palabras y sentires para compartir, desde la magia del cine y de los instrumentos audiovisuales de las resistencias, los sueños y la rebeldía de las comunidades. En el 2013, con un carácter festivo y no competitivo, concebimos la primera edición de una propuesta llamada Semana por la Soberanía Audiovisual, en Perú, promovida con la intención de fortalecer las marchas organizacionales y entablar puentes de diálogo entre procesos audiovisuales, territoriales, organizativos y sociales. En el 2015, luego de dos ediciones y tras recoger las experiencias y reflexiones de diversos encuentros e intercambios, se tomó la decisión de auto disolver el grupo nuclear, para incorporar una lógica organizacional colectiva y abierta, que permitiera sumar a más personas y colectivos, desencadenando un compartir regional –una Semana por la Soberanía/Autonomía Audiovisual–, que hoy florece de maneras diversas en los territorios del Abya Yala. Costa Rica. La Semana en Costa Rica se realizó del 1 al 5 de septiembre, desde la construcción de diversos colectivos tanto fuera como dentro de la ciudad capital, así que las comunidades de Upala, Pérez Zeledón, San Ramón, Cartago y San José pudieron compartir en sus espacios proyecciones de cine comunitario en denuncia de monoculitvos, proyectos extractivos y dictaduras, y producciones audiovisuales creadas desde abajo, donde las protagonistas son las propias poblaciones que en su cotidianidad develan las realidades de resistencias latinoamericanas, uniendo entonces lo que pasa en nuestro territorio con el Norte y con el Sur. Los espacios también estuvieron acompañados de conciertos, gráfica, conversas y puro movimiento autogestivo, lo que sin duda revitalizó los tejidos de solidaridades entre las organizaciones y los haceres en este pequeño gran territorio que es Costa Rica. Argentina. Rosario, Argentina. Al sur del sur. El último de los territorios tejidos en esta Semana por la Soberanía Audiovisual. Con muchas ganas y muy pocos recursos, fueron tres jornadas que intentaron sembrar la semilla de esta fiesta en medio de los calores del diciembre litoraleño. Un comedor popular, símbolo de la lucha por la justicia popular; un centro cultural de la Red de Solidaridad con Chiapas, y una Feria del Libro Independiente y Autogestiva. Hubo 22 audiovisuales proyectados; un taller de video para niñ@s; un mapeo colectivo de luchas contra el extractivismo del continente y una definición colectiva de la soberanía/autonomía audiovisual en forma de cadáver exquisito. Quizás esa diversidad de espacios, experiencias e identidades sea el espíritu que la Semana busca enarbolar con el audiovisual como excusa. Colombia. Aquí se promovieron espacios para visibilizar obras realizadas en los barrios, un cine comunitario hecho por más personas del común y menos estrellas de la industria del cine, sedes de proyección descentralizadas que acercaran el audiovisual a donde estuviera la gente y (re) tomar la calle y los pueblos; para la acción cultural pública y gratuita, espacios de reflexión y discusión sobre temas que nos ocupan y que están plasmados en las películas que se proyectan y en los talleres que tienen lugar en las diversas actividades que el proceso promueve. En su primera versión se generó un circuito entre localidades y otras ciudades del país. Participaron en el tejido colectivos como Espacio en Off y Platohedro, de la ciudad de Medellín; Descolonizando la Jagua, del Huila; Organización Cultural Futcha Tiba, del municipio de Tocancipa; Soacha en Imágenes, de Soacha. En Bogotá, colectivos como Cine Club la Chimenea, de la localidad de Suba; Praxis Organización y No le Saque la Piedra a la Montaña, de Ciudad Bolívar; Afrogato, de Puente Aranda, y La Redada Miscelánea Cultural, de La Candelaria. Cada territorio aportó un día a la construcción de la jornada, fueron 15 días de muestras audiovisuales al barrio, jornadas de estampado, grupos musicales, ollas comunitarias, ¡toda una fiesta por la soberanía de los territorios! Ecuador. Para el caso ecuatoriano la convocatoria sobrepasó las expectativas. Logramos articular 14 espacios en Cayambe, Latacunga, Cuenca, Ambato, Quito y Santa Elena; estas sedes son centros culturales, casas de resistencia cultural, universidades y teatros. Además logramos integrar a la Semana a la cárcel de mujeres de mediana seguridad, un espacio frío y gris en el que escasamente suceden cosas. Un acierto que la Semana trae por sí solo es el conocernos, el reconocernos y caminar en siete días por principios muy comunes. Pero algo que nos parece fundamental contar es el intercambio, la precisión y el arriesgue al proceso político de pensarse y por tanto actuar sobre la premisa ¿existe soberanía audiovisual en Ecuador? Esta suma de esfuerzos hizo que articularan o se reconciliaran espacios autónomos de diferentes provincias. Esto es uno de los aciertos más importantes, incluso transgrediendo nuestros propios horizontes. Participaron: Mosaico Espacio, La Changa, Nina Shunku Casa de las Culturas, La Uvilla, Mercado de Libros, Casa ZINZIN, Federación de Comunas de Santa Elena, La Casa/Cine Común, Universidad Central, Universidad Católica, El Avispero, Centro Cultural Turubamba, Casa del Árbol, Angie Vannesita, El Maizal, Luz Estrello, Braulio Gutiérrez, Agencia Tegantai, Ralex, Infame, Atakapi Video, Universidad Andina Simón Bolívar, Sisa Parra, Catalina Noroña, Antonio Gaybor, Pocho Álvarez, Andrés Cornejo, Giovani Prima, Paula Jácome, Lorena Salas, Fundación ALDHEA, Eriberto Gualinga y Martín Fanzines.
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