San Cristóbal de las Casas, Chis.

Gustavo Castro Soto, activista que el pasado 3 de marzo en Honduras estuvo en el ataque en el que fue asesinada la dirigente del Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas (Copinh), Berta Cáceres, afirmó que ha apoyado todas las diligencias que le han pedido las autoridades durante más de 10 días y lo seguirá haciendo para que se haga justicia.

En carta fechada en Tegucigalpa el 15 de marzo, dirigida ‘‘al pueblo de Honduras’’, el coordinador de la agrupación civil Otros Mundos manifestó que ‘‘pese a todo lo vivido, no me arrepiento de haber venido ni de haber sido elegido por el destino para poder despedirme de mi querida amiga.

‘‘Aunque siempre las autoridades me dijeron que me podía ir e incluso dispusieron un helicóptero para salir de La Esperanza, a última hora me solicitaron que me quedara para nuevas diligencias, lo que siempre he aceptado’’, dijo Castro Soto, quien se encuentra en la embajada de México en Honduras debido a que no puede salir del país por una alerta migratoria de 30 días.

‘‘Ya hice todo lo que está en mis posibilidades. Tengo vida, tengo familia. Desde México nunca dejaré de apoyar y siempre estaré dispuesto a ayudarlos para encontrar la verdad. Para ello tenemos un Tratado sobre Asistencia Jurídica Mutua en Materia Penal entre mi país y Honduras.

‘‘Seguiré asumiendo la responsabilidad histórica que tengo con el pueblo hondureño, con Berta y su familia y con el Copinh. En mi cuerpo llevo tatuadas las heridas para toda la vida, que nunca me dejarán olvidar este compromiso.’’