ué había generado Fromm con esta imposición dictatorial, humillante y descalificante de sus ex alumnos, ex analizandos, Garza e Hinojoza, y quienes ya tenían su propia autoridad, se supone? Primeramente, se podría decir que había generado un monstruo narcisista y omnipotente transferencial-contra transferencial, al imponer a Ignacio Millán como su nuevo delfín. Esto es, el tercer delfín. El primero quiso que fuera Ramón de la Fuente, por las características ya mencionadas; el segundo fue Miguel Maccoby, por su colaboración estrecha en la investigación sociosicoanalítica y otras características particulares. Por cierto, desde que Fromm se fue definitivamente de México, Maccoby pasó a ocupar su lugar y se le veía como el representante genuino de Fromm. Esta es otra historia.
Muchas otras cosas pasaron en ese momento: Garza se alejó definitivamente del Impac. Armando Hinojoza se fue escurriendo silenciosamente, asociándose a Ramón de la Fuente para iniciar el curso de sicoterapia médica del Departamento de Graduados de la Facultad de Medicina. Dado que en 1969 nombran a México sede del Congreso Mundial de Siquiatría de 1971, De la Fuente se apodera de otros puestos para aparecer como presidente de la Asociación Siquiátrica y del congreso mundial, llevándose consigo a buen número de egresados de los cursos del Impac y del Departamento de Sicología Médica de la Facultad de Medicina, del cual De la Fuente también era director. ¿De qué no?
Será interesante reflexionar sobre lo que pasó en esos mismos años en Francia con Lacan, con actitudes similares a Fromm, lo que provocó el rompimiento de quienes formaron Le Quatrieme Groupe, con Piera Aulagnier, Valabrega, Cornelius Castoriadis y otros; el rompimiento-escisión en la Asociación Sicoanalítica Argentina, con la formación del grupo Plataforma, encabezado por Diego García Reynoso, María Langer y Emilio Rodrigué, y el grupo Documento, con Álvarez Kapla, Fernando Ulloa y otros; la escisión-rompimiento en la Asociación Sicoanalítica Mexicana, liderada por Santiago Ramírez y Avelino González. También el movimiento oportunista que aprovechó Igor Caruso cuando vino a México al tercer Foro Internacional en el Impac, para formar una sucursal de la sicología profunda, con Armando Suárez, Jaime Cardeña y Raúl Páramo, fundando el Círculo Sicoanalítico Mexicano.
En 1971 la nueva mesa directiva queda integrada por Aniceto Aramoni como director, Jorge Silva como tesorero, Fernando Narváez como subdirector y Víctor Saavedra como jefe de la clínica externa para pacientes de bajos recursos económicos. En 1973, poco antes de que Fromm se fuera definitivamente de México, hubo una renuncia estratégica
(léase política institucional auspiciada por el mismo Fromm) de Aramoni como director y Silva como tesorero del Impac, previo acuerdo y arreglo con Fernando Narváez, quien fungía como subdirector, y Víctor Saavedra, quien era jefe de la clínica, para que Narváez ocupara la dirección por estatutos y Saavedra fuera propuesto
y elegido
como nuevo tesorero. Con esta maniobra se quería revitalizar la institución, ya que entre 1970 y 1973 la vieja guardia había sufrido un proceso de descomposición.
Estuvieron dos años como interinos
y, para 1975, en una nueva votación para nombrar una nueva mesa directiva, Narváez y Saavedra conservaron sus puestos, quedando como subdirector Eduardo Zajur y como secretario Leonardo Santarelli.
Narváez y Saavedra se lanzaron a hacer una reforma al cuestionar la estructura autoritaria y elitista de los estatutos del Impac. En esta labor contaron con la ayuda de Jorge Derbez, sicoanalista de la primera generación. Se hizo una reforma al plan de estudios y a los estatutos; se rompió con la estructura piramidal autoritaria; se cuestionó a la asamblea del Impac, órgano de máxima autoridad, como el área elitista donde se dirimían todos los problemas de la institución, y se abrió un nuevo espacio de discusión donde podrían participar no nada más los miembros del Impac, sino todos los egresados de los diferentes grupos de entrenamiento sicoanalítico, incluyendo a quienes aún estaban en entrenamiento, en tanto alumnos. Todos con la misma voz y voto. Fue un trabajo difícil, pero pudimos prolongarlo hasta 1978, cuando dejamos los puestos directivos. Entre otros actos, en la reunión se propuso un seminario de sicoterapia de grupo y que lo dirigiera Laura Bonaparte, sicoanalista ortodoxa. A pesar de nuestra oposición, por mayoría de votos se aceptó el planteamiento y se inició el seminario.
* Sicoanalista. Autor de La promesa incumplida de Erich Fromm