Denver.

A pocos días del retiro de Peyton Manning y la salida de Brock Osweiler hacia los Texanos de Houston, los Broncos de Denver ya tienen al mariscal de campo para cubrir las bajas: Mark Sanchez.

El anuncio se dio ayer a través de la cuenta de Twitter del gerente general, John Elway, quien dio la bienvenida al jugador de padres mexicanos, de 29 años y 1.88 metros de altura, tras ser adquirido por medio de un intercambio, con el cual los Broncos facilitarán a las Águilas una selección condicional en el próximo draft de 2017.

Los campeones de la NFL optaron por Sanchez para que se integrara a su plantilla sin que se diera más información al respecto sobre el pasador de Filadelfia, quien jugará su octava temporada en la liga tras llevar los controles de las Águilas desde 2014, pues antes era de Jets de Nueva York.

El mariscal de la Universidad del Sur de California llega a Broncos con 15 mil 126 yardas por aire, 86 anotaciones y 84 intercepciones en su carrera profesional.

Con las Águilas sumó 18 touchdowns, 15 interferencias y una efectividad de 64.25 por ciento de los 400 intentos de pase que generó, mientras con los Jets, equipo con el que estuvo cinco campañas, consiguió 68 envíos a las diagonales, 69 intercepciones y 3 mil 23 yardas por temporada.

Además, con Nueva York alcanzó juegos de postemporada con dos finales en la Conferencia Americana en sus dos primeras campañas en la NFL. Sin embargo, se lesionó el hombro en 2013 y fue remplazado por Geno Smith.

Tras el retiro de Manning y la firma de Osweiler a Houston, Denver sólo tenía a Trevor Siemian.

Por su parte, el polémico pasador Johnny Manziel terminó con los Cafés de Cleveland tras dos temporadas para el olvido.

El texano de 23 años de edad fue reclutado por los Cafés durante la primera ronda del draft 2014, siendo la vigesimosegunda selección global y, en aquel entonces, protagonista de un contrato por cuatro campañas.

Sin embargo, después de estampar su rúbrica, el ganador del trofeo Heisman 2012 perdió la posibilidad de ser titular en la franquicia por sus constantes fiestas e indisciplinas que preocuparon a los altos mandos de la organización, quienes lo enviaron a un centro de rehabilitación en 2015, además de lesiones, que se sumaron a su comportamiento violento contra su ex compañera sentimental.