Viernes 11 de marzo de 2016, p. 8
El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, defendió los contratos que permitieron a altos directivos y a personal de las juntas distritales estrenar mil 96 vehículos el año pasado, pero que según la contraloría del organismo costarán el doble de su precio de adquisición.
Reconoció que dicho esquema de arrendamiento, por el cual pagarán 935.4 millones de pesos al cabo de cuatro años, tiene algunas desventajas, pero también virtudes, por lo que ahora no contemplan dar marcha atrás al mismo.
La semana pasada, el titular de la Dirección Ejecutiva de Administración (DEA), Bogart Montiel, comentó a este diario que analizaban la conveniencia de rescindir dicho convenio con la empresa Jet Van Can Rental, aunque planteó un inconveniente: deberían pagar el costo de todos los vehículos y no cuentan con dinero para ello.
Entre los vehículos pactados estaban 631 Pick up Mitsubishi y otros sedán Aveo y Elantra, destinados a las juntas distritales para tareas en campo. Mientras, 22 camionetas Jeep Cherokee fueron para funcionarios de alto nivel y 12 camionetas Dodge Durango para consejeros del instituto, aunque estas últimas no las han solicitado, según Montiel.
Ayer, Córdova explicó, tras presentar la Revista Mexicana de Derecho Electoral, que si bien no participó en la decisión de suscribir dicho convenio, porque se hizo en los tiempos del Instituto Federal Electoral (IFE), éste tuvo varias virtudes.
Entre ellas mencionó que no tenían recursos suficientes para comprar los más de mil vehículos necesarios para poder operar la elección cuando faltaban cinco meses para su realización, además con ello atendieron una sugerencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sobre privilegiar la renta sobre la adquisición.
En su informe anual 2015 la contraloría, a cargo de Gregorio Guerrero, determinó que aun si el INE hubiera adquirido unidad por unidad, no al mayoreo, habría gastado mucho menos. Un escenario implicaba la subasta o venta de los mil 96 vehículos después de cuatro años a un precio depreciado 80 por ciento y dio como resultado un precio 53 por ciento más económico que los costos del arrendamiento.