Los conductores de Televisa y Televisión Azteca que criticaron y expresaron hasta molestia por la difusión de promocionales electorales lo hicieron dentro de los márgenes legales permitidos, resolvió ayer la sala regional especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Por unanimidad, los tres magistrados de dicha sala exculparon a las televisoras, así como a los periodistas Joaquín López-Dóriga, Javier Alatorre, Jorge Zarza y Carolina Rocha de haber alterado la pauta del Instituto Nacional Electoral (INE) durante la visita papal y defendieron su derecho a expresarse para formar una audiencia independiente y crítica.

Lejos del argumento defendido por el instituto, ayer negaron que esos comentarios constituyeran una especie de cortinillas –cuya inclusión esta prohibida– y resaltaron que los promocionales fueron difundidos de forma íntegra sin ser transformados, deformados o alterados.

Hace tres semanas, el INE inició un procedimiento especial sancionador contra dichos comunicadores, por haber expresado en 16 ocasiones en un lapso de diez horas denuestos antes y después de la difusión de los promocionales durante el 13 y 14 de febrero, según el conteo hecho por el tribunal.

Sólo dos consejeros electorales: Pamela San Martín y José Roberto Ruiz Saldaña, se pronunciaron en su momento por hacer un llamado a los locutores a detener estas expresiones, lo que motivó una andanada de ataques contra dichos consejeros, provenientes de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), así como de locutores y columnistas.

Todo esto se dio en el contexto de una confrontación entre un sector del instituto y las televisoras, que se opusieron a transmitir 12 minutos diarios de promocionales sobre la Asamblea Constituyente y otros 48 minutos diarios durante las campañas. Al final, la sala superior les dio la razón parcialmente y quitó la obligación de los 12 minutos.

Durante la visita del papa Francisco, en una de las nueve oportunidades que López-Dóriga tuvo de opinar exclamó: El corte comercial es por ley, es tiempo oficial y resulta que quienes se presentan como defensores de la laicidad y (que) no se aproveche la visita del Papa para hacer política, son los primeros que la hacen. Vimos dos anuncios: uno del INE llamando sobre la campaña para elegir candidatos constituyentes y en el otro vimos la promoción personal del presidente del PAN en plena transmisión de la visita del Papa. Para que vea usted cómo por un lado van los discursos y por otro lado va una realidad que se acomoda a intereses.

En Televisión Azteca, Jorge Zarza dio pie a dichos anuncios invitando a que la gente preparara un cafecito o resaltando: hacemos una pausa lamentablemente por compromisos electorales.

Televisoras no afectaron derechos de tercero

Durante la sesión de ayer, que se retrasó una hora, la magistrada Gabriela Villafuerte defendió a las televisoras. Los promocionales se respetaron, se transmitieron como fueron remitidos en la pauta y, por otro lado, tenemos comentarios en algunas ocasiones fuertes, vehementes, cáusticos, yo podría decir hasta molestos, pero ninguno afectó derechos de terceros.

Planteó que las instituciones tienen que soportar la crítica, incluso al modelo de comunicación política, para potenciar estos derechos.

El magistrado Felipe de la Mata Pizaña expuso que la libertad de expresión es piedra angular de nuestros derechos políticos y, por tanto, defendió la extensión de un manto protector a los periodistas.

Clicerio Coello, magistrado presidente de la sala, argumentó: no se puede decir a un comunicador qué puede decir y qué no, y qué puede criticar.

Previamente a la sesión, Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, negó que hubiera algún diferendo con las televisoras y se expresó en favor de que la sala cerrara este procedimiento.

Sobre si se emprende una reforma al modelo de comunicación política, dijo que es una decisión que corresponde al Poder Legislativo.

Yo he dicho que el modelo de comunicación política es perfectible, pero no toca al INE decir en qué sentido ni cómo tienen que perfeccionarse las normas.