Con una charla en la que se reivindicó a la crónica como género literario que recupera su prestigio, se presentó la antología Los ángeles de Lupe Pintor, del periodista colombiano Alberto Salcedo Ramos, la noche del miércoles en el Centro Cultural Horizontal, en la colonia Roma.

Ante una sala repleta, el autor adelantó que trabaja en un libro sobre los orígenes del narcotráfico en Colombia, que no se dieron con la cocaína, sino con la mariguana en los años 70. En esa época ya había una hermandad México-Colombia.

Agregó: “Vivimos hermanados desde hace rato. En los corridos, las rancheras y los vallenatos hay vasos comunicantes. La figura del juglar, del narco, del héroe que procede del deporte y de pronto sube y luego cae son comunes entre los dos países”.

Salcedo Ramos afirmó que el hecho de haber oído historias antes de leerlas influyó mucho en lo que yo soy, en la forma en que las cuento. Descubrí por otros que me lo hicieron notar, que soy un autor que escribo más con la oreja que con las manos. Todos los que escribimos desde el Caribe aspiramos a la música.

El reverso de las historias

En su intervención, el escritor Juan Villoro definió: Alberto es sin lugar a dudas un maestro de un género que cada vez se reconoce más como esencial en la literatura. Baste pensar que el último premio Nobel fue concedido a Svetlana Aleksiévich. Hace un par de años Elena Poniatowska obtuvo el Premio Cervantes. La crónica ha ido ganando el respeto y el prestigio que debió tener desde un principio.

Mencionó que el periodista nació en uno de los lugares más propicios para la crónica: Barranquilla, espacio multicultural sumamente extraño.

Hizo un símil entre el personaje de la primera crónica de Los ángeles… (Almadía), un niño que camina cinco horas para ir a la escuela, y Salcedo Ramos. Es una especie de autorretrato, que es lo que hace un gran cronista: no habla nunca de sí mismo, habla de los otros y a través de ellos se retrata.

Para Villoro no hay deporte que haya causado mejor literatura: de Ernest Hemingway a Joyce Carol Oates, pasando por Norman Mailer, Julio Cortázar, Jack London y tantos otros, el boxeo ha estimulado historias memorables. Y las de Alberto merecen el cinturón de peso completo porque es alguien que sabe captar el reverso de las historias.

El libro reúne, dijo, personajes como el futbolista uruguayo Darío Silva, el árbitro que expulsó a Pelé y el boxeador Víctor Regino, quien perdió un encuentro debido al descuido de saberse poderoso.

Destaca la crónica, “que me parece excepcional, donde Alberto nos narra la lejanísima y muy sostenida rivalidad de dos compositores populares colombianos, que han encontrado en la envidia a la mejor de las musas.

No podía faltar el homenaje a Gabriel García Márquez, omnipresente en el libro como influencia. Alberto Salcedo Ramos tiene voz propia y se atreve a decir que el escritor es el único hechicero, el único brujo en el que cree.