A pesar de que Esteban Gutiérrez vuelve a un volante titular en la Fórmula 1 con una escudería naciente, la estadunidense Haas, que como lo esperado no brilló en la pretemporada, el piloto regiomontano confió en que el bólido impulsado por Ferrari podrá ser competitivo.

Para saber qué tan competitivos somos hay que esperar hasta (el Gran Premio de) Australia y es la intriga que tenemos. Ojalá que todo salga perfecto y podamos serlo, admitió Gutiérrez, quien en las pruebas de Barcelona experimentó una buena sesión, pero también desperfectos y problemas de fiabilidad en el monoplaza.

Fue uno de los momentos más emotivos que he tenido en mi vida: conocer mi coche, y ahora desarrollarlo en las carreras, anotó el piloto, presentado como embajador de Santander, la firma que respalda a Ferrari, en un contrato para los próximos tres años.

El regiomontano destacó que en Barcelona compartieron información con Ferrari y sus pilotos, el alemán Sebastian Vettel y el finlandés Kimi Raikkonen, ex campeones, por lo que se mostró seguro frente a las dudas en las plantas de poder de la firma italiana.

“Ferrari ha empujado mucho la innovación y el desarrollo del motor para tener la máxima potencia y confiabilidad. En un principio es bueno que salgan pequeñas fallas que puedas ir solucionando, principalmente en los entrenamientos. Lo bueno es que encontramos solución a todo.

Como equipo nuevo (Haas), me impresionó su capacidad de reaccionar rápido y dar retroalimentación a Ferrari para juntos encontrar la manera de resolver las cosas, dijo, y se esperanzó en que este año el Cavallino Rampante podrá acortar distancias frente al dominio de Mercedes.

La presión existe de todos lados, pero estoy en esto por la pasión a las carreras, afirmó al ser cuestionado sobre la responsabilidad de demostrar su calidad en una segunda oportunidad en la F-1, después de haber iniciado con Sauber, el año pasado ser el tercer volante de Ferrari y sobre todo los trascendidos que apuntan a que la escudería italiana lo proyecta a futuro.

Incluso, ante la posibilidad de comandar un auto rojo este mismo año si a mitad de la temporada Ferrari perdiera a alguno de sus pilotos, Gutiérrez sonrió y comentó: No es mala idea.