El libro Mujeres documenta los cambios experimentados por ese género femenino, sobre todo al pasar de ser objeto histórico a convertirse en sujeto que actúa en la historia, trabaja y se puede ganar la vida; participa en la política y va cambiando radicalmente su modo de vida.

Así lo señaló la historiadora Julia Tuñón, durante la presentación de su libro, efectuada la noche del martes en el Centro Cultural Elena Garro, en Coyoacán.

La autora explicó, mediante imágenes que se incluyen en esa obra, la evolución de las mujeres como sujeto social, pero al mismo tiempo se les presentaron un montón de candados que les impiden cualquier forma de desarrollo.

El libro, que aborda el papel determinante que las mujeres han desempeñado en la vida nacional, es la tercera entrega de la colección Historia ilustrada de México, que coordina Enrique Florescano y es editada por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura federal.

Mi interés es que las imágenes sean las que nos cuenten está historia, que básicamente el lector se convierta en un mirón, expresó Tuñón.

Indicó que el libro incluye todo tipo de imágenes: pinturas, grabados y esculturas, porque la imagen nos llega al entendimiento, sobre todo, por la parte emocional y a través de ella podemos entender muchas cosas de la sociedad.

Trabajan y transgreden

Julia Tuñón recopiló imágenes que representan a mujeres en múltiples labores y funciones, pero que no son fieles a su realidad, sino producto de un imaginario que mezcla creencias, prejuicios, mitos, ideas y realidades que forman una lente a través de la cual se concibe la realidad y se la construye.

La historiadora explicó que el libro está dividido en dos partes; en la primera presenta a mujeres que trabajan, cantan, corren, transgreden y obedecen.

Son seres sociales como cualquier otro, pero reflejan cómo se construye un modelo de lo que debe ser esa mujer, convirtiéndola exactamente no en un ser concreto, sino en un ser abstracto con toda una parafernalia que influye en mujeres de carne y hueso y que todas las mujeres de carne y hueso desobedecen y obedecen.

La primera parte de Mujeres, indicó Tuñón, se forma por imágenes de nuestro pasado en el que priva la continuidad, inercias que pactan actividades, funciones sociales, trabajos, que atraviesan como un eje medular nuestra historia y nuestros relatos”.

En la segunda parte del libro, la autora se centra en los cambios experimentados por la mujer desde el porfiriato, periodo que se caracterizó por el arribo de las máquinas al país. En este apartado muestra a las secretarias y obreras.

En el siglo XIX las mujeres empiezan a salir a las fábricas de manera masiva, pero se les paga menos que a los hombres e igual que a los niños. Este es un cambio fundamental, porque reciben un salario por primera vez, señaló la historiadora.

En Mujeres, Julia Tuñón analiza las representaciones en papel, barro, telas pintadas o fotografías que han encerrado a las mexicanas en diversos estereotipos; también cuenta la historia de aquellas mujeres de carne y hueso que han luchado por el derecho a una plena participación social y política.