Xalapa, Ver.

A Víctor García García le gustaba el futbol, en especial la portería. Una o dos veces por semana se hacía tiempo para jugar en la cancha de la colonia El Mirador, en el municipio de Tezonapa, de donde era originario.

Él y yo teníamos algo en común: el futbol. A él le gustaba ser portero y a mí delantero. A veces jugábamos juntos, y a veces yo jugaba contra él. Íbamos a una canchita fea del barrio, nos juntábamos todos los de la colonia, recordó Cristian García, hermano de Víctor.

Los juegos que ambos compartían se suspendieron el pasado 29 de febrero, cuando la familia perdió contacto con Víctor, quien realizó un viaje de trabajo al municipio de Tierra Blanca. Mi hermano era mecánico ambulante. La gente lo llamaba para hacer trabajos y él iba adonde le pedían. Después regresaba a casa, narró Cristian en entrevista telefónica.

El lunes de la semana pasada, Víctor, de 29 años, circulaba por un camino de terracería entre los poblados El Mango y Cerrito, en Tierra Blanca, cuando lo interceptaron supuestos elementos del Ejército Mexicano. Esa fue la última vez que se le vio con vida.

El jueves en la noche, después de interponer la denuncia 181/2016 ante el Ministerio Público, la familia fue llamada al Servicio Médico Forense para reconocer un cuerpo. Era mi hermano. Estaba torturado, en avanzado estado de descomposición, dijo Cristian. Hasta ayer, las autoridades no habían entregado el cuerpo a la familia.

Por las circunstancias en que Víctor murió, y debido al daño del cuerpo, las autoridades practicaron una prueba de ADN para cotejar muestras con las de su familia. Mientras se confirman los análisis, en la vivienda de Víctor en Tezonapa familiares procedentes de la Ciudad de México y de otras zonas comenzaron a reunirse para esperar sus restos.

Fue el propio gobierno quien lo mató, aseguró Cristian.