La superficie que ocupa la mariposa monarca en Michoacán y el estado de México aumentó tres veces en esta temporada 2015-2016 respecto a la de diciembre de 2014 y enero de 2015, al pasar de una a más de cuatro hectáreas, anunció ayer Alejandro del Mazo Maza, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Se trata de una gran recuperación, pero esa especie aún está en riesgo, admitió el director de Fondo Mundial para la Protección de la Naturaleza en México (WWF, por sus siglas en inglés), Omar Vidal, en conferencia de prensa. En un recorrido de más de 4 mil 200 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos, las principales amenazas que enfrentan son la disminución de áreas de reproducción y alimentación en territorio estadunidense, debido a la pérdida masiva de cultivos de algodoncillo, al uso de herbicidas y la tala clandestina en México, informó en el Museo Soumaya.

Los climas extremos también las han afectado. Entre 2003 y 2004 ocurrió una muerte masiva provocada por una helada en este país. A la naturaleza no podemos controlarla, pero sí podemos hacer algo por evitar la tala y el uso de herbicidas, apuntó.

En más de 60 islas del mundo existen mariposas monarcas, pero sólo en esta parte del continente son migrantes, indicó Vidal. Se estima que en Norteamérica existen más de 140 millones y la meta es llegar a 225 millones en 2020, señaló Del Mazo.

El ejido El Rosario, en el Santuario de la Sierra Campanario en Michoacán, es donde se ha reportado una mayor ocupación de esos insectos con 1.09 hectáreas.

En el país hay nueve colonias donde hibernan, cuatro en Michoacán y cinco en el estado de México. Sin embargo, se han establecido fuera de esa reserva y también hay que proteger esos sitios, añadió Vidal.

Para la conservación y restauración de los hábitats de la monarca, los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá formaron un grupo de trabajo trinacional de alto nivel, en el que participan expertos de las tres naciones, el cual ha acordado fomentar las colonias transfonterizas y coordinar sus acciones. Pero cada país deberá crear un plan para mantener la migración de esa especie, informó Gilles Seutin, del Departamento de Parques de Canadá.

Dan Ashe, director del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, consideró que la monarca es un puente entre los tres países, así que hay que empoderar a la empresas, a las poblaciones y a los especialistas que participan en la defensa de los hábitats.

Al proteger a las monarcas se preservan las comunidades indígenas que dependen de ellas en Michoacán y el estado de México, así como a otros animales que habitan en su ruta migratoria desde Canadá a México, subrayó Omar Vidal.