Para el historiador Javier Garciadiego Dantán (CDMX, 1951) es indiscutible que la conciencia histórica del ser humano, de todas las culturas, es épica, patriotera, antigubernamental y calendárica.

Nuestra principal función social es refinar dicha visión de la historia. No necesito recalcar que un ser humano con una adecuada conciencia histórica tiende a ser un mejor ciudadano, y que la democracia sólo se construye con buenos ciudadanos. Aquí radica el valor público de la historia.

En su discurso de ingreso a El Colegio Nacional, Garciadiego compartió por qué la historia es la única disciplina que le permitió entender el país y comprender mi propio tiempo, y también se refirió a la redacción de la Constitución de 1917 y al Congreso Constituyente que la elaboró.

El ingreso formal del historiador como nuevo integrante de El Colegio Nacional se realizó la noche del jueves en una ceremonia en el recinto de Donceles 104, Centro Histórico.

Javier Garciadiego se convirtió en el miembro 96 de la institución que reconoce lo más destacado del pensamiento en la ciencia, las humanidades y la cultura en México.

Ante los integrantes de ese cuerpo colegiado, el académico rememoró su propia historia, sus años de juventud en los que disfrutaba ser boy scout y asistía a fiestas amenizadas con música de los Beatles y los Rolling Stones.

Expresó que en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrió su vocación de historiador en las clases de Gastón García Cantú, y de Friedrich Katz, austriaco víctima del nazismo; aprendió que la historia se escribe a partir de dos coordenadas: tiempo y espacio. También afirmó que tres grandes historiadores fueron sus antecesores: Daniel Cosío Villegas, Silvio Zavala y Luis González.

Garciadiego consideró que un vicio historiográfico que debemos erradicar es definir un periodo histórico a partir de un solo hecho. La Constitución de 1917 no puede ser entendida si no se conoce todo el proceso revolucionario, indicó el especialista, cuya disertación se enfocó en cómo se formó el Congreso Constituyente, quiénes lo integraron y cuál fue su funcionamiento.

El académico aseveró que la buena historia es pertinente, rigurosa y sugerente. Recuérdese siempre que la historia consiste en la reconstrucción, comprensión y explicación de procesos pasados significativos.

En su intervención, Javier Garciadiego dijo: La inexplicable invitación que se me hizo para formar parte de esta nobilísima y sabia institución es el mayor estímulo que haya podido recibir para continuar investigando y analizando la historia reciente del país, y para seguir difundiendo los resultados obtenidos. Seguiré con mi docencia en El Colegio de México hasta que la normatividad lo permita, y seguiré haciendo difusión de nuestra historia a través de la radio hasta que las cuerdas vocales aguanten.

Garciadiego, visiblemente emocionado por incorporarse a El Colegio Nacional, expresó que no recuerda haber soñado con ingresar a éste. En efecto, nunca me atreví a fantasearlo. Sin embargo, como historiador puedo decirles que la realidad es siempre mejor que la imaginación.

Manuel Peimbert, presidente en turno de El Colegio Nacional, dio la bienvenida a Garciadiego y la respuesta a la lección inaugural del nuevo colegiado estuvo a cargo de José Ramón Cossío, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El rector de la UNAM, Enrique Graue; los directores de las academias mexicanas de la Historia y de la Lengua, Andrés Lira y Jaime Labastida, resoectivamente, así como el ex rector José Sarukhán, asistieron a la ceremonia de ingreso de Garciadiego a El Colegio Nacional.