A las personas decentes no les gustan los temas de Élmer Mendoza: Me advierten que nadie va a querer invertir en México; eso es imposible: un inversionista no va a considerar una novela, sino otras cosas, la inseguridad, por ejemplo, dijo el narrador en la presentación de su novela policiaca Besar al detective, hace unos días en el Centro Cultural Bella Época.

Se trata de la cuarta entrega de la saga del detective Édgar El Zurdo Mendieta, publicada por el sello editorial Literatura Random House.

El escritor sinaloense mencionó que prefiere el tema del narco: Cuando empecé a escribir sobre esto nadie se interesaba en él y no era tan violento ni tan mediático, y ahora hay muchos escritores que lo están trabajando.

Mendoza se refirió a su trabajo como la búsqueda por la frase que nadie ha escrito, objetivo para lo cual le ha servido leer a poetas.

Lealtad a prueba

Durante la presentación de Besar al detective, moderada por Andrés Ramírez, la escritora Mónica Lavín afirmó: La ética del infierno podría ser el centro de esta novela, que pone a prueba las lealtades del detective Mendieta, sus decisiones y esa carnosa y dulce debilidad por las mujeres.

Enseguida celebró el desparpajo de Élmer Mendoza, que hace del lenguaje un surfeador y maestro. Las expresiones coloquiales, los diálogos, los pensamientos ocurren en palabras sin signos convencionales que los distingan en el impreso y suenan a pura verdad.

Élmer Mendoza en la presentación de la cuarta entrega de la saga del detective Édgar El Zurdo Mendieta, publicada por el sello Literatura Random HouseFoto Luis Humberto González

El escritor Eduardo Antonio Parra indicó que aunque el protagonista de la novela no quiere relacionarse con el narcotráfico, quizá esa es la forma en que Élmer Mendoza nos recuerda página tras página que en este país la influencia del narcotráfico, su violencia, su riqueza sucia y la corrupción que desencadena es capaz de alcanzarnos a cada uno en cualquier momento.

La saga está escrita con la finalidad de que el lector enfoque su atención sobre todo en las peripecias del protagonista, al mismo tiempo que asimila casi sin darse cuenta la situaciones en que se halla inmersa la sociedad reflejada en el texto, el lenguaje que conforma el discurso, las verdades ocultas entre las páginas de la ficción.

Parra agregó que El Zurdo Mendieta es un hombre contradictorio cuya vida transcurre siempre en el filo de la navaja, entre la corrupción y la honestidad, entre sus relaciones amistosas con la delincuencia y sus convicciones éticas.

Historias trágicas, continúa, que aparecen sin piedad y son amortiguadas por el sesgo irónico que este autor imprime tanto a su lenguaje como a la visión de sus personajes, que no es sino el reflejo de su propia mirada irónica sobre la realidad de este país y sus habitantes.